Las deportaciones masivas han sido duramente cuestionadas por organizaciones de derechos humanos.
Santo Domingo.– La Dirección General de Migración (DGM) informó que durante el mes de agosto fueron expulsados de República Dominicana 35.276 ciudadanos haitianos en situación irregular, como parte de las medidas que el Gobierno ha mantenido en marcha en el control fronterizo. Con esta cifra, el país acumula cerca de 250.000 deportaciones en lo que va de año.
Además de las repatriaciones forzadas, Migración detalló que otros 115.000 haitianos salieron de territorio dominicano de manera voluntaria a lo largo de 2025. El movimiento migratorio refleja la presión constante en la frontera y el impacto que la crisis política y de seguridad de Haití tiene sobre la movilidad en la isla.
Críticas de organismos de derechos humanos
Las deportaciones masivas han sido duramente cuestionadas por organizaciones de derechos humanos, que denuncian un trato discriminatorio hacia los migrantes haitianos. Varios colectivos sostienen que se trata de una política de “persecución” que estigmatiza a personas que, en muchos casos, cruzan la frontera huyendo de la violencia y la precariedad en su país.
A pesar de estas críticas, el Gobierno dominicano mantiene la línea dura. Las autoridades insisten en que la regulación de la inmigración irregular es un asunto de seguridad nacional y de orden público, y aseguran que las operaciones se desarrollan respetando el debido proceso y los acuerdos internacionales vigentes.
Cifras en aumento
Los datos más recientes muestran un repunte sostenido en el número de deportaciones. En junio, las estadísticas oficiales registraron un aumento del 5,1 % en comparación con abril y un alza cercana al 20 % respecto a marzo. El mes de agosto confirma la tendencia al alza y sitúa el 2025 como uno de los años con mayores operativos migratorios en la última década.
Comparaciones internacionales
La política dominicana se asemeja a la línea defendida en otros países, donde el discurso de control migratorio ha ganado espacio en la agenda pública. En Estados Unidos, por ejemplo, el expresidente Donald Trump convirtió las deportaciones y el endurecimiento fronterizo en uno de sus principales ejes de campaña, un discurso que aún tiene resonancia en distintos sectores de la región.
Mientras tanto, en República Dominicana el tema migratorio continúa en el centro del debate. Entre las exigencias de soberanía y seguridad de un lado, y las denuncias de violaciones a los derechos humanos del otro, la frontera con Haití sigue siendo un punto de fricción permanente.