El presidente de transición respalda la iniciativa de EEUU y Panamá para frenar la violencia
Santo Domingo. – Haití volvió a poner su crisis de seguridad en el centro del debate internacional. Ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de transición, Laurent Saint-Cyr, lanzó un llamado urgente para respaldar la iniciativa de Estados Unidos y Panamá que busca transformar la actual Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en una fuerza especializada con un mandato claro: enfrentar de manera frontal a las pandillas.
“Pedimos la solidaridad de toda la comunidad internacional y, en particular, el compromiso de los miembros del Consejo de Seguridad para aprobar una resolución que permita movilizar una fuerza capaz de reprimir a las pandillas”, sostuvo el mandatario.
Saint-Cyr agradeció de forma directa al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por lo que describió como esfuerzos concretos para brindar apoyo y recursos, y a Panamá por su impulso diplomático en esta propuesta. “El silencio o la inacción no son una opción”, advirtió, remarcando que cada minuto de indecisión se traduce en más vidas perdidas en su país.
La propuesta contempla la creación de la llamada Fuerza de Supresión de Pandillas (GSF), que reemplazaría a la MSS, actualmente liderada por Kenia bajo el amparo de la ONU. Su mandato expira el 2 de octubre y hasta ahora ha mostrado poca efectividad para contener la violencia. El nuevo cuerpo tendría mayor autonomía, recursos y capacidad operativa, con un despliegue estimado de hasta 5,500 efectivos.
El presidente de transición insistió en que se trata de una “guerra desigual” entre grupos armados que buscan imponer la violencia como norma social y una población desarmada que solo lucha por su dignidad y libertad. Para ello, planteó la necesidad de una fuerza robusta, con respaldo logístico, financiero y político.
Además, llamó a reforzar la cooperación regional en materia de seguridad. “Necesitamos más intercambio de inteligencia y controles aduaneros rigurosos para cortar el flujo de armas, municiones, drogas y dinero hacia las pandillas. La paz solo será posible si nuestros socios en la región garantizan que sus territorios no sirvan como puntos de salida o tránsito”, señaló.
El discurso de Saint-Cyr no solo estuvo marcado por el pedido militar. También abrió espacio para hablar del futuro. Propuso convocar una reunión de alto nivel que permita trazar una hoja de ruta hacia la estabilidad institucional. “El Haití del mañana merece paz y prosperidad, un sistema judicial independiente, educación y salud accesibles, y una economía que brinde igualdad de oportunidades”, afirmó.
La situación de Haití se agravó a inicios de 2024, tras una oleada de violencia que obligó a dimitir al entonces primer ministro Ariel Henry. Desde entonces, el país opera bajo un Consejo Presidencial de Transición que busca pacificar el territorio y preparar elecciones con un nuevo Consejo Electoral Provisional.
Hoy, con las pandillas aún dominando gran parte de la vida cotidiana, el clamor del gobierno haitiano en la ONU refleja la urgencia de respuestas internacionales más contundentes y coordinadas.