Tres potencias occidentales le dan la espalda a Netanyahu en un movimiento coordinado
En un movimiento diplomático que marca un antes y un después, Reino Unido, Canadá y Australia han anunciado formalmente el reconocimiento del Estado palestino. Este paso simbólico, pero de gran calado político, se produce en un momento de máxima tensión en Oriente Próximo, y envía un mensaje contundente sobre el rechazo a la actual política del gobierno israelí de Benjamin Netanyahu.
En un video, el primer ministro británico, Keir Starmer, explicó que la decisión busca "mantener viva la posibilidad de la paz y de una solución de dos Estados", en la que Israel coexista con "un Estado palestino viable".
Starmer fue directo en sus críticas, calificando de "intolerable" la crisis humanitaria en Gaza. Aclaró que esta decisión no es una "recompensa a Hamás", a la que tildó de "organización terrorista brutal", sino un intento de promover una visión de paz que es "todo lo contrario al odio" que promulga ese grupo.
El premier británico también denunció la aceleración en la construcción de asentamientos en Cisjordania.
Una presión global en aumento
El reconocimiento de estos tres países, miembros del G7, adquiere una relevancia especial. Se suman a casi 150 naciones que ya han dado el paso, entre ellas España.
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, fue igual de contundente en su comunicado. Afirmó que "Canadá reconoce el Estado de Palestina" y ofreció su ayuda para construir "un futuro pacífico".
Carney criticó al gobierno de Netanyahu por "trabajar metódicamente para prevenir la perspectiva de un Estado palestino", mencionando la expansión de asentamientos y las violaciones del derecho internacional en Gaza.
Por su parte, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, manifestó que su país "reconoce las legítimas aspiraciones del pueblo de Palestina de tener su propio Estado", aunque con el mismo matiz que sus homólogos: Hamás no debe tener ningún papel en un futuro gobierno.
Albanese enmarcó la decisión en un esfuerzo "coordinado" a nivel internacional para forzar un alto el fuego en Gaza y lograr la liberación de los rehenes.
Hizo un llamado a la comunidad internacional para crear un "plan creíble" que permita la reconstrucción de la Franja, un plan que, según él, debe incluir de manera "vital" a la Liga Árabe y a Estados Unidos.
El reconocimiento conjunto de estas naciones no es solo un gesto simbólico, sino una forma de elevar la presión sobre Israel para que ponga fin a la devastación en Gaza y se comprometa de manera real con la solución de los dos Estados.
El movimiento global demuestra que la comunidad internacional está perdiendo la paciencia con la postura inflexible del gobierno israelí. Con datos de Europa Press