Una protesta histórica terminó en cambio de gobierno y un alud de desinformación
La generación Z de Nepal salió a las calles en septiembre decidida a desafiar décadas de corrupción y privilegios políticos. Lo que comenzó como marchas pacíficas en Katmandú para exigir empleos, transparencia y libertad digital terminó convirtiéndose en el mayor levantamiento juvenil del país en décadas que terminó en cambio de gobierno y derribó un alud de noticias falsas.
Entre el 8 y el 13 de septiembre, las movilizaciones escalaron a un punto de ruptura: la policía abrió fuego el primer día, con un saldo inicial de 19 muertos y cientos de heridos, y en pocos días los disturbios alcanzaron ciudades como Pokhara, Biratnagar y Butwal.
Mientras las protestas crecían, un fuego paralelo se propagaba: el de las noticias falsas. Rumores virales aseguraron que la esposa del ex primer ministro Jhala Nath Khanal había sido quemada viva, que los manifestantes destruían el templo de Pashupatinath o que exigían convertir Nepal en una “nación hindú”. Todas esas historias resultaron ser fabricaciones amplificadas por medios youtubers e incluso canales de televisión de la vecina India.
El periodista Deepak Adhikari, fundador de la plataforma Nepal Check, explica que la desinformación mezcló viejos videos, fotos sacadas de contexto y relatos inventados para distorsionar la protesta. Un ejemplo fue un video del festival Vatsaleshwori Jatra, publicado dos meses antes, que se presentó como un ataque al templo Pashupatinath. Incluso el diario Times of India reprodujo el falso rumor sobre la muerte de Rajyalaxmi Chitrakar antes de que verificadores lo desmintieran.
En realidad, los jóvenes reclamaban algo más profundo que el fin de la censura en redes sociales. La chispa nació cuando se viralizaron videos que contrastaban el lujo de los “Nepo Kids”, hijos de políticos, con la precariedad de la mayoría. Esa indignación se transformó en una revuelta nacional que culminó con el derrocamiento del primer ministro K.P. Sharma Oli y la quema del edificio del Parlamento.
El ejército tomó las calles y, como salida de emergencia, el país nombró a Sushila Karki —expresidenta del Tribunal Supremo— como primera ministra interina, la primera mujer en ocupar el cargo.
Los errores de los medios indios también alimentaron el caos. Algunos noticieros confundieron a Sudan Gurung, líder del grupo juvenil Hami Nepal, con un activista indio de nombre similar, presentándolo como “agente de Nueva Delhi”.
Esa confusión reforzó la idea de una supuesta injerencia extranjera y provocó hostilidad contra periodistas indios, uno de los cuales fue agredido en Katmandú.
Con el país aún contando sus pérdidas —al menos 72 muertos y más de 2.100 heridos—, la rebelión nepalí deja una lección clara: en tiempos de crisis, la verdad se convierte en otro campo de batalla.
La generación Z demostró que puede tumbar gobiernos, pero también que debe luchar contra el poder silencioso de la desinformación, capaz de reescribir una revolución en cuestión de minutos.
Lea el articulo completo de Diwash Gahatraj y Chandrani Sinha en :https://ipsnoticias.net/2025/09/la-protesta-de-la-generacion-z-en-nepal-como-las-noticias-falsas-intentaron-reescribir-una-revolucion/