Estudio revela que última comida, sensibilidad a insulina y cronotipo condicionan salud metabólica de millones
La diabetes avanza con fuerza en América Latina y las alarmas ya están encendidas: 35 millones de adultos viven con la enfermedad y la cifra podría escalar un 46 % en apenas 25 años, hasta alcanzar los 52 millones para el 2050, según el Atlas Mundial de la Diabetes. Países como Brasil, Argentina, Colombia, Chile y Venezuela encabezan la lista de mayor incidencia.
En este contexto, un estudio internacional en el que participa la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), junto a instituciones de Estados Unidos, revela un hallazgo crucial: la última comida del día influye directamente en los niveles de glucosa en ayunas al amanecer, especialmente en quienes presentan prediabetes o resistencia a la insulina.
La última comida del día condiciona la glucosa de la mañana
El trabajo, publicado en la revista Nutrients bajo el título Biological vs. Chronological Overnight Fasting, confirma que cenar tarde o con exceso de carbohidratos complica la regulación nocturna de la glucosa. En el ensayo participaron 33 personas de entre 50 y 75 años, con sobrepeso u obesidad, a quienes se les controló la dieta y los niveles de glucosa mediante monitores continuos.
Los resultados muestran que no basta con contar carbohidratos: el horario y la calidad nutricional de la última ingesta son determinantes. Según la investigadora Diana Díaz-Rizzolo, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC y posdoctoral en la Columbia University, la clave está en adaptar la alimentación a la sensibilidad individual a la insulina. También subraya la importancia del cronotipo de cada persona —si es más activa en la mañana o en la noche— para diseñar estrategias dietéticas más efectivas.
Inteligencia artificial y monitoreo digital transforman manejo de la diabetes
La investigación no se queda solo en recomendaciones dietéticas. La combinación de monitores continuos de glucosa, aplicaciones móviles y algoritmos de inteligencia artificial abre un nuevo horizonte en la lucha contra la diabetes. Estas herramientas permiten anticipar desajustes glucémicos, ajustar medicación y dieta en tiempo real y, sobre todo, involucrar al paciente en su propio tratamiento.
Un avance destacado es la metodología del BOF (Biological Overnight Fast), presentada en el Congreso de la Asociación Norteamericana de Diabetes en Chicago. Este sistema mide de forma precisa el tiempo real de ayuno nocturno y cómo repercute en los niveles de glucosa. Con ello, se busca identificar patrones metabólicos invisibles para los métodos tradicionales y diseñar tratamientos más personalizados.
“El futuro de la medicina metabólica está en la personalización”, afirma Díaz-Rizzolo. “La inteligencia artificial permitirá predecir el riesgo de diabetes, analizar factores genéticos y metabólicos, e incluso integrar datos de la microbiota intestinal para crear terapias ajustadas a cada individuo”.