La planta AES Andrés detuvo su operación por la invasión de algas
El sargazo, esa alga parda que azota las costas del Caribe, ha logrado lo impensable: sacar de operación a una de las generadoras de electricidad más importantes del país. Así lo informó la empresa AES Dominicana que cuenta que su planta AES Andrés, en Boca Chica, detuvo su producción de 319 megavatios debido a la masiva acumulación de sargazo que bloqueó su sistema de toma de agua.
Este no es un problema menor. La invasión de algas de este fin de semana fue tan intensa que paralizó por completo las operaciones. De acuerdo con el comunicado de la empresa, equipos especializados están trabajando sin descanso para limpiar la zona y restablecer el servicio.
Sin embargo, la empresa reconoce que el fenómeno se repite cada año con mayor fuerza, alcanzando niveles que califican de “sin precedentes”, como sucedió este sábado.
La salida de AES Andrés pone una presión considerable sobre el sistema eléctrico nacional, especialmente en un momento en que la demanda de energía se dispara por las altas temperaturas.
Este incidente llega apenas un mes después de que la unidad uno de la Central Termoeléctrica Punta Catalina también sufriera una interrupción, precisamente por la misma razón. Estas algas, aunque naturales, están empezando a ser un obstáculo serio para la infraestructura energética del país.
Trabajos de limpieza y un futuro incierto
A pesar de la magnitud del problema, AES Dominicana ha informado que están implementando protocolos de monitoreo y limpieza continua para mitigar los efectos. Se espera que la planta de gas natural se integre de forma parcial al sistema en las próximas horas.
La prioridad, según la empresa, es garantizar la estabilidad del suministro eléctrico, aunque el desafío es cada vez mayor.
AES es una pieza clave en el mapa energético de República Dominicana. Con plantas como la afectada AES Andrés, Los Mina, Itabo y Estrella del Mar III, la compañía genera energía a partir de diversas fuentes, incluyendo gas natural, carbón y renovables.
Sin embargo, la recurrencia y la intensidad del sargazo plantean un nuevo reto para la seguridad energética del país.
No se trata solo de un problema ambiental o turístico; es una amenaza directa a la operatividad de instalaciones críticas del sector eléctrico del país.
