El pago de 100 mil dólares no es retroactivo: solo aplica a las nuevas solicitudes
La controversia generada por la nueva tarifa de 100.000 dólares anuales para los visados H1-B ha encontrado una respuesta. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) ha salido al paso de las dudas y ha aclarado que este pago solo afectará a las nuevas solicitudes, dejando a salvo a los miles de trabajadores extranjeros que ya cuentan con este permiso o cuya solicitud está en trámite.
El comunicado de la CBP precisa que la medida, impulsada por un decreto del presidente Donald Trump, aplicará a todas las peticiones presentadas a partir de las 00:01 del 21 de septiembre de 2025.
Esto significa que no habrá un efecto retroactivo, como muchos temían. Los titulares de visados H1-B ya aprobados, así como las peticiones presentadas antes de la fecha límite, no se verán afectados por esta nueva y onerosa tarifa.
Esta aclaración matiza el anuncio inicial de la Casa Blanca, que el viernes había proclamado la medida con el objetivo de frenar lo que, según el Gobierno estadounidense, es un "abuso sistémico" del programa de visados.
Para Trump, algunas empresas, especialmente en el sector tecnológico, han estado utilizando los H1-B para contratar mano de obra extranjera no cualificada, lo que supuestamente ha provocado la pérdida de empleos y una reducción en los salarios de los trabajadores estadounidenses.
La justificación detrás de la polémica medida
La nueva política de la administración Trump busca forzar a las empresas a "priorizar la mano de obra nacional". Según el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, la tarifa está diseñada para hacer económicamente inviable la contratación de extranjeros poco cualificados.
"Simplemente no es económico", explicó Lutnick, sugiriendo que las compañías preferirán invertir en la capacitación de jóvenes graduados locales en lugar de pagar una suma tan alta por un trabajador extranjero.
La Casa Blanca insiste en que el visado H1-B fue creado para cubrir puestos de trabajo para los que no existían suficientes trabajadores estadounidenses altamente cualificados, y no para ser utilizado en detrimento de los empleados nacionales.
La justificación de esta nueva tarifa es que las empresas que verdaderamente necesitan talento extranjero de élite no dudarán en pagar el costo, mientras que las que abusan del sistema se verán desincentivadas.
Lo cierto es que la nueva regla de los 100.000 dólares es un intento de redefinir quién tiene acceso a la fuerza laboral de Estados Unidos. Si bien la aclaración de la CBP trae un respiro para quienes ya están en el sistema, la medida envía un mensaje claro a las empresas que buscan contratar a trabajadores extranjeros en el futuro: el acceso a los visados H1-B será ahora mucho más costoso.