Pekín acusa a Washington de obligar a países latinoamericanos a tomar partido en su disputa estratégica.
BEIJING, 18 sep. (Xinhua) China volvió a marcar distancia con Washington y esta vez lo hizo con un mensaje claro: América Latina no es “patio trasero” de nadie. Así lo expresó Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, al criticar la política de presión que, según medios internacionales, Estados Unidos viene aplicando sobre varios países latinoamericanos.
The Economist y The New York Times publicaron recientemente que la administración estadounidense ha intensificado su estrategia para limitar la influencia de China en la región, argumentando que busca frenar “prácticas explotadoras” y preservar la estabilidad. Sin embargo, los intentos de aislar a Pekín mediante sanciones, aranceles o cooperación militar estarían teniendo un efecto contrario: fortalecer los lazos de América Latina con China.
En su rueda de prensa habitual, Lin Jian afirmó que la presión y la coacción solo generan rechazo. “La intimidación no funciona y cada vez será menos eficaz”, señaló. Añadió que la relación entre China y América Latina se basa en la igualdad, el beneficio mutuo y el desarrollo compartido, y que ambos pueblos han elegido reforzar su cooperación como una vía para avanzar juntos.
El portavoz destacó que la marca distintiva de la relación entre Pekín y la región es la apertura y la cooperación inclusiva, en contraste con lo que describió como la tendencia de Washington a sembrar divisiones. “China da la bienvenida a que todos los países del mundo fortalezcan lazos con América Latina, siempre que sea sobre la base del respeto y la igualdad”, apuntó.
El mensaje de Beijing llega en un contexto de creciente disputa estratégica entre China y Estados Unidos, que se libra no solo en el terreno económico y tecnológico, sino también en la búsqueda de aliados en distintas regiones. América Latina, por su cercanía geográfica con EE.UU. y su creciente relación comercial con China, se ha convertido en un escenario clave de esa competencia.
Lin cerró su declaración con una advertencia: “Ningún intento de perturbar la amistad y la cooperación de beneficio mutuo entre China y América Latina tendrá éxito”. Según Pekín, el verdadero aporte de Estados Unidos debería centrarse en impulsar el desarrollo y la prosperidad de la región, en lugar de intervenir en sus decisiones soberanas.
Con este pronunciamiento, China refuerza su narrativa de socio confiable frente a la región y busca contrarrestar la influencia de Washington en un momento en que la competencia global se traslada también al terreno diplomático y cultural.