Los datos personales son el nuevo motor de la economía, pero su protección exige formación constante en empresas y hogares.
En el mundo actual, la tecnología nos ha brindado una comodidad innegable, pero también ha creado una dependencia y una vulnerabilidad que no podemos ignorar. Como señala Gustavo Vallejo, director del Máster en Ciberseguridad de Spain Business School, nuestros datos personales se han convertido en el motor de la economía digital, y esta situación exige un enfoque de seguridad que involucre a todos, desde empresas hasta familias.
La constante actualización de hardware y software para satisfacer las demandas del mercado puede dejar a las empresas con puertas abiertas que los ciberdelincuentes aprovechan. La seguridad no es solo un tema de tecnología; es una cuestión de personas y de empresas.

Vallejo traza un paralelismo con el inicio del siglo XX, cuando la proliferación de autos en las calles obligó a establecer políticas de seguridad vial, como semáforos y señalización. De la misma forma, hoy se hace indispensable una capacitación continua sobre los riesgos del uso de internet. Es crucial que la sociedad entienda el valor de sus datos personales.
El problema se agrava con el auge de la Inteligencia Artificial, que ha dado a los ciberdelincuentes nuevas herramientas para manipular a las personas. Hemos visto videos, fotos y voces falsas que buscan extorsionar o suplantar identidades, con el único fin de obtener un beneficio económico. Como bien apunta el experto, vivimos en una era de "mucha desinformación" que seguirá en aumento.
Las empresas tienen un papel protagónico en la protección de los datos de sus clientes. A pesar de las leyes y regulaciones en materia de protección de datos personales, muchos entes reguladores han tenido que imponer fuertes sanciones económicas a empresas por el mal uso de la información.
La meta de los ciberdelincuentes es obtener datos personales para la suplantación de identidad o, en el peor de los casos, el vaciado de cuentas bancarias.
Una de las modalidades que ha ido en aumento es la extorsión a personas que han visto sus datos médicos comprometidos, incluyendo resultados clínicos e imágenes privadas.
La ciberseguridad no es un tema netamente técnico u operativo, es un tema de la organización. A pesar de las mejoras en la tecnología de seguridad, la mentalidad de los tomadores de decisiones a menudo se queda atrás, esperando que la tecnología lo resuelva todo.
Los ciberdelincuentes están en constante cambio, y las empresas deben tener una formación continua, empezando desde la dirección hasta la operación.
"La ciberseguridad no es un favor, es una responsabilidad", concluye Vallejo. El constante entrenamiento, la revisión y la adopción de enfoques como Cero-Confianza y Resiliencia Organizacional son clave para estar preparados.
	    	
		    
