La sorprendente gesta de un planeta en formación cuatro veces más masivo que Júpiter devorando materia
Un equipo internacional de astrónomos ha logrado una hazaña científica: la detección de un protoplaneta gigante en el acto de "alimentarse" del disco de gas y polvo que lo rodea. Este hallazgo, realizado por investigadores del Centro de Astrobiología de Japón, ofrece la primera evidencia tan clara de un planeta masivo en proceso de acreción, es decir, acumulando material de su entorno.
El protagonista de esta historia es AB Aurigae b, un protoplaneta con una masa cuatro veces mayor a la de Júpiter. Lo más sorprendente es su ubicación: órbita su estrella a una distancia que triplica la que existe entre el Sol y Neptuno.
El descubrimiento fue posible gracias al espectrógrafo MUSE del Very Large Telescope en Chile, que detectó líneas de emisión de hidrógeno alfa. Esta luz proviene del gas caliente que, en un movimiento espiral, está siendo succionado por el planeta desde el disco protoplanetario circundante.
Un fenómeno "inverso" que revela la formación
La emisión de hidrógeno en AB Aurigae b muestra un patrón distintivo conocido como "perfil P Cygni inverso". Este patrón es crucial, ya que revela que el gas se está moviendo hacia el planeta en lugar de ser expulsado. Si bien este fenómeno se ha observado en estrellas jóvenes, esta es la primera vez que se detecta de manera tan clara en un protoplaneta.
El análisis de la luz de hidrógeno mostró un ligero desplazamiento hacia el azul, lo que indica que el gas se acerca a nosotros a unos 100 kilómetros por segundo. Por otro lado, las características de absorción, que aparecen en longitudes de onda desplazadas al rojo, indican que el material se aleja a una velocidad de 75 kilómetros por segundo. Esta combinación única es la firma del material que está siendo absorbido por el planeta.
Desafiando las teorías de la formación planetaria
Lo que hace a AB Aurigae b tan fascinante es que, a diferencia de otros planetas jóvenes que orbitan en espacios despejados, este protoplaneta sigue enterrado dentro de su disco de nacimiento. Esta ubicación privilegiada permitió a los astrónomos observar el proceso de formación en sus etapas más tempranas. El sistema, con apenas 2 millones de años de antigüedad, está mostrando cómo crecen los planetas gigantes gaseosos.
Las observaciones de AB Aurigae b ponen en entredicho los modelos estándar de formación planetaria. Dada su gran distancia de la estrella, es poco probable que se haya formado por el método de acreción del núcleo que dio origen a Júpiter y Saturno. En cambio, es más probable que se haya formado a través de un proceso en el que las regiones densas del disco colapsaron bajo su propia gravedad, un mecanismo conocido como inestabilidad gravitacional.
La detección de esta emisión de hidrógeno proporciona la prueba definitiva de que la acreción de masa está en marcha, y ofrece una ventana única para entender cómo se forman los planetas gigantes en las afueras de sus sistemas estelares.
El disco que rodea a AB Aurigae b funciona como un canal de alimentación, transfiriendo material del disco protoplanetario más grande a este planeta en crecimiento. Con datos de Europa Press.