DeVere Group advierte a los inversores que ahora la disciplina es más vital que nunca
Mientras los principales mercados bursátiles del mundo, como el MSCI All Country World, el S&P 500 y el Nikkei 225, alcanzan nuevos máximos históricos, el CEO y fundador de deVere Group, Nigel Green, ha emitido una clara advertencia. Para él, este no es momento de euforia, sino de máxima disciplina.
"Estos son hitos extraordinarios, pero también son una señal de alerta", afirmó Green. "Siempre que los precios superan a la economía real, el riesgo aumenta, incluso cuando la percepción sugiere lo contrario".
Según el experto, el actual auge del mercado se debe a la combinación de ganancias corporativas que han superado las expectativas, especialmente en el sector tecnológico y de consumo discrecional, y a la expectativa de que la Reserva Federal de EE.UU. continúe recortando las tasas de interés. Este panorama ha creado una abundancia de liquidez, lo que Green describe como el "oxígeno de los mercados alcistas".
Sin embargo, Green subraya que la liquidez no puede sustituir a una economía sólida. La inflación al consumidor en Estados Unidos sigue rondando el 3%, la más alta desde enero, y las nuevas políticas arancelarias impuestas por el presidente Trump ya están creando tensiones en las cadenas de suministro globales.
El mercado, en su visión, está descontando un escenario de "perfección": dinero barato, crecimiento constante y ganancias en aumento. Una suposición que, según la historia, rara vez termina bien.
El sector tecnológico es un claro ejemplo. "Oracle sumó más de 240 mil millones de dólares en valor de mercado en una sola sesión tras un pronóstico de IA. La innovación genuina está en marcha, pero los inversores parecen dispuestos a pagar casi cualquier precio por la mera promesa de liderazgo", explica Green.
Otro riesgo clave es la concentración del rendimiento en unas pocas empresas tecnológicas de gran capitalización. Esto expone las carteras a una volatilidad repentina en caso de resultados decepcionantes, cambios regulatorios o un giro en la política monetaria.
El contexto global añade otra capa de complejidad. Los mercados europeos se mantienen fuertes a pesar del crecimiento lento, y la recuperación de China sigue siendo desigual, con los aranceles estadounidenses aún por mostrar su impacto total.
Ante este panorama, Green insta a los inversores a no dejarse llevar y a revisar sus carteras de manera objetiva. Si las posiciones, especialmente en tecnología, han crecido demasiado, recomienda recortarlas y reasignarlas a sectores con valoraciones más estables y flujos de caja fiables.
Sostiene que la diversificación debe ser deliberada, abarcando diferentes regiones y tipos de activos para contrarrestar la alta exposición a Estados Unidos.
El experto sugiere considerar alternativas como la infraestructura, el crédito privado y los fondos de cobertura. Además, resalta la importancia de la liquidez. Mantener la capacidad de acceder a efectivo rápidamente permite a los inversores aprovechar las oportunidades cuando la volatilidad inevitablemente regrese.
Green concluye que la disciplina es lo más importante en estos momentos. Aunque su visión es constructiva—el crecimiento global no se está colapsando y hay muchas compañías con balances sólidos—el optimismo debe ser realista.
La subida de los precios no es una excusa para relajar la gestión del riesgo; por el contrario, es el momento de prepararse para el futuro. "La preservación del capital es el primer deber", recalca, "seguido muy de cerca por el interés compuesto".