El gigante asiático lanza un paquete de medidas para estimular el consumo interno y atraer capital privado.
El gobierno chino ha anunciado un paquete de 19 medidas para estimular el sector servicios, una estrategia que marca un giro significativo en su modelo económico. El objetivo es hacer frente al agotamiento del modelo exportador e industrial que ha impulsado su crecimiento durante décadas.
Las nuevas iniciativas, promovidas por una decena de entidades gubernamentales, incluyendo el Banco Popular de China y los Ministerios de Comercio y Finanzas, se centran en la demanda interna de servicios y en mejorar su accesibilidad. recoge Europa Press.
El documento oficial menciona que se mejorará la calidad de los servicios en sectores clave como el cultural, comercial, turístico y el cuidado de personas, tanto para niños como para la tercera edad. Para lograrlo, Pekín se ha propuesto incrementar la llegada de turistas internacionales y facilitar el consumo de servicios digitales.
Además, se abrirán líneas de crédito para la construcción de nuevas infraestructuras necesarias, y se optimizarán los sistemas estadísticos para monitorizar el desempeño del sector, con el objetivo de asegurar un desarrollo económico de alta calidad, según comunicó el Ministerio de Comercio.
Este cambio de rumbo no es menor. Durante años, China se ha posicionado como la "fábrica del mundo", un modelo que, aunque exitoso, ha mostrado signos de fatiga. La pandemia, las tensiones comerciales y la desaceleración global han puesto de manifiesto la necesidad de diversificar su economía.
Las medidas son un claro intento de incentivar el consumo interno, algo que hasta ahora había sido eclipsado por la producción en masa para la exportación. La promoción de un sector de servicios robusto no solo busca reactivar la economía, sino también mejorar la calidad de vida de la población.
El gobierno chino espera que estas iniciativas impulsen nuevas áreas de crecimiento y promuevan una transformación del consumo, con un fuerte apoyo al desarrollo económico.
El paquete de medidas podría ser un indicador de lo que se avecina en la economía global, con las potencias económicas buscando la forma de depender menos de la industria y más de la creatividad, la innovación y, sobre todo, del bienestar de sus ciudadanos.