El incidente, que ya se investiga como ajuste de cuentas, se suma a la ola de violencia que azota al país.
Una nueva y brutal masacre ha sacudido a Ecuador. Siete personas han muerto y al menos cuatro resultaron heridas en un tiroteo en un billar de la ciudad de Santo Domingo, al interior del país.
La Policía Nacional ecuatoriana confirmó que los atacantes, que llegaron en una camioneta, abrieron fuego de manera indiscriminada contra las personas que se encontraban en el establecimiento, reseña Europa Press.
Los hechos se registraron la noche del viernes, cerca de las 22:30 horas, en un billar ubicado en la cooperativa Cristo Vive, en el oeste de la capital. La violencia fue tal que en el lugar se encontraron casquillos de munición de pistola y de armas largas, lo que evidencia la brutalidad del ataque.
La Policía ha iniciado las investigaciones pertinentes y no descarta un ajuste de cuentas. Entre las víctimas mortales se identificó a un hombre con antecedentes penales por robo, asociación ilícita y narcotráfico, un detalle que refuerza esta hipótesis.
Una violencia que no cesa
Este no es un hecho aislado. El ataque en el billar de Santo Domingo recuerda otro tiroteo ocurrido el pasado 17 de agosto en un local similar, en la misma ciudad, donde también murieron siete personas. Aquel incidente se investigó como un ataque dirigido contra alias 'Rasta', un presunto líder criminal.
La masacre de este fin de semana es un nuevo capítulo en la ola de violencia que azota a Ecuador. El país ha visto un aumento sin precedentes en la criminalidad, en particular en el primer semestre del año. Según datos del Ministerio del Interior, entre enero y junio se registraron 4,619 homicidios, lo que lo convierte en el semestre más mortífero desde que se tienen registros.
Esta escalada de violencia no solo se refleja en las estadísticas, sino también en el terror que se vive en las calles. La repetición de ataques en espacios públicos como billares genera un ambiente de inseguridad y miedo entre la población, que se siente cada vez más vulnerable ante la violencia del crimen organizado.
Mientras las autoridades continúan con las investigaciones, el país se enfrenta a un desafío mayúsculo para frenar esta espiral de violencia que, día tras día, cobra más vidas y afecta a la estabilidad social.