La rotación laboral se dispara y un tercio de las empresas sufren por ello.
La fuga de talento es un problema que acecha a las empresas, y los números no mienten. Un reciente estudio de Randstad (2025) revela que una de cada tres compañías reconoce que la dificultad para encontrar y mantener personal ha golpeado su negocio. El fenómeno, lejos de ser una moda pasajera o una consecuencia de la pandemia, muestra un patrón de crecimiento constante.
Así, según Sergi Macip, experto en psicología del trabajo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), las dimisiones voluntarias en España han pasado de un 0,5% mensual a casi un 2% en la última década. El reto ya no es solo atraer, sino, sobre todo, retener.
El problema es global. En América Latina, la situación es aún más dramática: en países como Colombia, la rotación anual alcanza el 41%, casi el doble del promedio de la OCDE.
Más que un cheque: El corazón del problema
La creencia de que un salario bajo es el único motor de la rotación es una simplificación peligrosa. El experto Sergi Macip insiste en que, si bien el dinero es importante, no es el factor decisivo. Un empleado insatisfecho con su sueldo puede quedarse si otros elementos del entorno de trabajo lo compensan.
¿Cuáles son estos factores? Las oportunidades de crecimiento profesional y personal, la autonomía para gestionar sus tareas, el reconocimiento y la conciliación entre la vida laboral y personal. Estos elementos, cada vez más valorados, son tan cruciales como un buen sueldo.
La retención de talento no tiene una fórmula mágica. Cada empresa es un mundo, y lo que funciona para una podría no servir para otra. El verdadero desafío, según Macip, está en encontrar el equilibrio perfecto, un ecosistema donde las necesidades del individuo se alineen con los objetivos de la organización. Es un proceso dinámico, que requiere adaptación constante.
¿Puede la IA ayudar? Una herramienta, no un salvador
La inteligencia artificial se ha integrado con fuerza en la gestión de recursos humanos, especialmente en los procesos de selección. Sin embargo, en el ámbito de la retención de talento, su papel es más limitado.
Macip advierte que la IA es una herramienta complementaria, no un sustituto de la intuición y experiencia humana. La clave está en cómo se utilizan estos algoritmos.
Los trabajadores necesitan percibir que las herramientas de IA son justas, equitativas y transparentes. La confianza, según estudios recientes, aumenta un 25% en las empresas con un marco ético sólido.
En última instancia, el problema de la rotación radica en el liderazgo y la cultura de la organización. La desigualdad salarial, las políticas internas arbitrarias y una mala gestión pueden generar un clima laboral negativo que, con el tiempo, empuja a los empleados a buscar un nuevo camino.
Es una señal de alerta que las empresas deben tomar en serio. Se trata de una reflexión profunda sobre cómo se hacen las cosas. El experto concluye que el objetivo debe ser evitar que el trabajador llegue a ese punto de desequilibrio.
Es fundamental crear espacios de comunicación donde se pueda escuchar a los empleados, entender sus aspiraciones y brindarles el apoyo necesario. La empatía, el diálogo y el reconocimiento son los verdaderos pilares para construir una relación laboral sólida y duradera.