Un golpe directo a la protección social que podría tener un impacto devastador en los más vulnerables.
Los recientes recortes a programas sociales en Estados Unidos, impulsados por la administración del expresidente Donald Trump, han generado una profunda preocupación entre expertos en seguridad social que consideran que dicha iniciativa amenaza la salud de los latinos en Estados Unidos en especial a los inmigrantes dominicanos.
Uno de ellos, Arismendi Díaz Santana, especialista en el tema, advierte que estas medidas intensificarán la desprotección de los más vulnerables, erosionando el acceso a servicios de salud básicos y afectando a hospitales que atienden a las comunidades latinas y rurales.

La situación, según analistas, es particularmente grave para la comunidad hispana, que depende en gran medida de programas como Medicaid.
Indica que el Center on Budget and Policy Priorities (CBPP) ha estimado que estos recortes, que ascienden a $1.5 billones de dólares en una década, limitarán drásticamente el acceso a Medicaid. Esta reducción se suma a los intentos de Trump durante su primer mandato por derogar el Affordable Care Act (ACA), conocido popularmente como "Obamacare".
Se calcula que entre 15 y 20 millones de personas perderán su cobertura médica, con un impacto desproporcionado en adultos de bajos ingresos, niños, ancianos y personas con discapacidades. Los hospitales que atienden a la población de bajos recursos, que dependen de estos fondos, también se verán en una situación precaria.
Un futuro de menos acceso y más riesgo
Explica el economista que con la reducción de fondos federales, los estados se verán obligados a tomar medidas drásticas. Es probable que se recorten servicios esenciales como la atención dental, visual y mental. También se espera un aumento de las primas y los copagos para las familias de bajos recursos, lo que hará aún más difícil para ellas acceder a la atención médica.
Añade que el riesgo de que muchos proveedores de salud dejen de aceptar pacientes de Medicaid es alto, lo que creará una barrera adicional para millones de personas.
El golpe más duro lo recibirá la comunidad latina, que representa un 28 % de los beneficiarios de Medicaid. La mayoría de los latinos trabajan en sectores con salarios bajos, donde los empleadores rara vez ofrecen seguros médicos.
Para ellos, Medicaid ha sido la única opción, y su pérdida los obligará a elegir entre pagar por la atención médica o cubrir necesidades básicas como la vivienda y la comida. La comunidad hispana ya enfrenta una de las tasas de desprotección social más altas en el país.
El impacto en los niños y las remesas
Las consecuencias de estos recortes se sentirán también en la salud de los más jóvenes. Los niños latinos, con una de las tasas de pobreza más altas, verán reducidas sus revisiones pediátricas, vacunas y tratamientos para enfermedades crónicas como el asma.
Indica que esto podría tener consecuencias de por vida en su salud y desarrollo, además de aumentar el gasto familiar, lo que a su vez podría reducir la cantidad de remesas que se envían a sus países de origen.
Para agravar la situación, se ha propuesto un impuesto del 1.0 % a las remesas, algo que los expertos advierten que frenará el crecimiento de estos envíos. Este gravamen, que afectaría directamente a países cuya economía depende de estas divisas, podría incentivar el uso de canales informales para evitar las comisiones.