Un nuevo método con imágenes satelitales reduce a la mitad el recuento de la Gran Migración
Madrid.- Durante décadas, la cifra se repitió sin apenas discusión: más de 1,3 millones de ñus atravesaban cada año las llanuras del Serengeti y la reserva de Masai Mara. Pero la ciencia acaba de dar un golpe de realidad. Un estudio internacional, liderado por la Universidad de Oxford y publicado en PNAS Nexus, revela que el número real de estos antílopes migratorios ronda los 500.000, menos de la mitad de lo que se había calculado hasta ahora.
El hallazgo llega gracias a un giro tecnológico: por primera vez se usó inteligencia artificial para analizar imágenes satelitales de alta resolución. Los algoritmos de detección, entrenados con más de 70.000 etiquetas manuales, lograron identificar a los animales en fotografías que cubrían miles de kilómetros cuadrados de la sabana africana. El resultado no dejó margen para las dudas: el censo tradicional había estado inflando las cifras durante décadas.
El fin de una estimación intocable
Hasta ahora, los recuentos se hacían desde avionetas que sobrevolaban rutas predeterminadas. Los investigadores fotografiaban pequeños sectores y luego extrapolaban los datos al resto de la región. Un sistema útil, pero con un margen de error considerable: si las manadas estaban dispersas o en movimiento, los cálculos podían desviarse enormemente.
Los satélites ofrecen otra perspectiva. Desde más de 600 kilómetros de altura, pueden captar instantáneas de cientos de miles de kilómetros cuadrados en un solo disparo. Esto evita duplicaciones, reduce sesgos y, sobre todo, no interfiere en el comportamiento de la fauna. El problema era el volumen abrumador de datos. Ahí entró la IA. Modelos de aprendizaje profundo como U-Net y YOLOv8 se encargaron de detectar siluetas diminutas —de apenas seis a doce píxeles— en las imágenes.
El recuento final osciló entre 324.000 y 338.000 individuos en 2022, y entre 503.000 y 533.000 en 2023. Muy lejos del millón largo que se daba por sentado desde los años setenta.
¿Dónde están los ñus que faltan?
La pregunta es inevitable. ¿Han desaparecido realmente o nunca fueron tantos? La investigadora principal, Isla Duporge, lo explica con cautela: “No vemos evidencias de un colapso repentino. Lo que sí está claro es que la cifra de 1,3 millones estaba sobredimensionada. Puede que parte de los animales haya modificado sus rutas o que una fracción quedara fuera del área analizada, pero no hablamos de medio millón escondido bajo la sombra de los árboles”.
El nuevo método no es perfecto: con la resolución actual, los algoritmos no distinguen con total seguridad entre ñus, cebras o elands, lo que incluso podría estar inflando un poco el recuento. Pero la tendencia es inequívoca: el mito del millón largo de ñus ha quedado en entredicho.
Consecuencias para la conservación
La Gran Migración no es solo un espectáculo natural que atrae a turistas de todo el mundo. Es la base de un complejo equilibrio ecológico que sostiene a depredadores como leones, hienas o cocodrilos. Saber con precisión cuántos ñus forman parte del ciclo es vital para planificar su protección.
Las amenazas no son menores. El avance de la agricultura, el cercado de tierras y las carreteras fragmentan cada vez más los corredores migratorios. A eso se suma la alteración de las lluvias por el cambio climático, que modifica la disponibilidad de pastos. En este contexto, contar con datos sólidos sobre el tamaño real de la población no es un detalle académico, sino una herramienta decisiva para evitar que el mayor movimiento migratorio terrestre del planeta pierda su fuerza.