Un estudio revela que el alto nivel educativo puede retrasar el diagnóstico pero acelera el declive
Un nuevo estudio de la Universidad de Boston ha puesto sobre la mesa una revelación importante sobre la enfermedad de Alzheimer: las personas con más años de educación podrían ser diagnosticadas más tarde, pero una vez que el diagnóstico llega, el deterioro cognitivo se acelera.
La investigación desafía la idea popular de que una mayor educación solo ofrece protección contra la enfermedad y subraya la necesidad de una detección más temprana.
El estudio, publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease, se basó en el concepto de reserva cognitiva, que es la capacidad del cerebro para resistir el daño y seguir funcionando a pesar de las enfermedades como el Alzheimer.
La hipótesis principal es que las personas con un alto nivel educativo acumulan una mayor reserva cognitiva, lo que les permite compensar los primeros signos de la enfermedad. Sin embargo, una vez que esos síntomas se vuelven evidentes, el declive es mucho más rápido.
La doctora Jinying Chen, autora del estudio, afirmó: “Nuestro estudio sugiere que las personas con mayor nivel educativo podrían ser diagnosticadas con Alzheimer más tarde, posiblemente porque sus cerebros ocultan los síntomas durante más tiempo, pero luego su deterioro es más rápido”.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron datos de más de 1,300 adultos mayores con Alzheimer en clínicas de Inglaterra, Alemania y Francia.
Durante un seguimiento de entre 18 meses y tres años, se midió su rendimiento cognitivo con el Mini-Mental State Examination (MMSE), una prueba estándar para evaluar el deterioro cognitivo.
Los resultados mostraron que, después de ser diagnosticadas, las personas con 12 o más años de educación tenían un declive más pronunciado en sus puntuaciones del MMSE.
El hallazgo tiene implicaciones directas para médicos y familiares. La doctora Chen explicó que deben estar "especialmente atentos a los cambios tempranos y sutiles en la memoria, el habla, el pensamiento, el juicio y el estado de ánimo en adultos con un nivel educativo alto, para que el tratamiento y el apoyo puedan comenzar lo antes posible"
Hacia una detección más temprana y accesible
La investigación también señala una limitación en las pruebas cognitivas tradicionales como el MMSE, ya que pueden pasar por alto los primeros signos del Alzheimer en personas con alta reserva cognitiva. Por ello, los investigadores creen que el futuro de la detección temprana podría estar en el uso de pruebas digitales o aplicaciones en dispositivos móviles.
Estas herramientas, auto-administrables y con puntuación automatizada, podrían ser una forma más rápida y asequible de monitorear los cambios cognitivos.
"Esperamos que nuestros hallazgos conduzcan a mejores formas de detectar la enfermedad de Alzheimer en una fase temprana, especialmente en personas que pueden no mostrar síntomas evidentes al principio", concluyó Chen.
La detección a tiempo no solo permitiría a las familias planificar mejor, sino que también daría la oportunidad de iniciar tratamientos que podrían ayudar a frenar la progresión de la enfermedad.
