Ocho figuras clave del bolsonarismo ante el STF por las elecciones de 2022.
Brasilia ha sido el epicentro de un terremoto político esta semana. El Supremo Tribunal Federal (STF) dio inicio al juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro y un grupo selecto de siete aliados, todos ellos acusados de un intento golpista tras las elecciones de 2022.
Un proceso que no solo es histórico por la figura central que juzga, sino por las profundas cicatrices que dejó en la democracia brasileña el asalto a las instituciones.
El proceso, que se extenderá durante cinco días de sesiones plenarias, juzga simultáneamente a todos los acusados, considerados el “núcleo crucial” de la conspiración, destaca Prensa Latina.
Los cinco magistrados de la primera sala del STF deliberarán y emitirán su sentencia de forma individual, en un veredicto que se espera marque un antes y un después en la justicia del país. Si no hay sorpresas ni peticiones de revisión, el pleito debería concluir el próximo 12 de septiembre.
En el banquillo de los acusados, junto al ultraderechista Bolsonaro, se sientan nombres de peso en el anterior gobierno y en las fuerzas armadas. La lista es contundente: Alexandre Ramagem, exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia y actual diputado; el almirante Almir Garnier, excomandante de la Marina; y el jefe de policía Anderson Torres, exministro de Justicia y exsecretario de Seguridad Pública del Distrito Federal.
También figuran el general Augusto Heleno, exjefe del Gabinete de Seguridad Institucional; el teniente coronel Mauro Cid, exayudante de órdenes de Bolsonaro y figura clave en varios escándalos; el general Paulo Sérgio Nogueira, exministro de Defensa; y el general Walter Braga Netto, exministro de la Casa Civil y Defensa, quien además fue compañero de fórmula de Bolsonaro en las elecciones de 2022. Una constelación de poder que ahora se enfrenta a la justicia.
La mayoría de ellos enfrenta cargos graves: abolición violenta del Estado Democrático de Derecho, intento de golpe de Estado, organización criminal, daños calificados a la propiedad federal y deterioro de posesión protegida. Una acusación que pone de manifiesto la magnitud de la intentona.
Ramagem, en su calidad de congresista, solo enfrentará cargos de intento de golpe de Estado, intento de abolición del Estado Democrático de Derecho y asociación delictiva, ya que los otros dos delitos se reanudarán tras su salida del cargo.
La sesión del martes fue inaugurada por el juez Cristiano Zanin, presidente de la primera sala del STF, quien cedió la palabra al ponente, Alexandre de Moraes. Este último, una figura que ha sido blanco constante de los ataques de Bolsonaro, fue el encargado de leer el informe, un documento exhaustivo que resume toda la trayectoria del caso penal, desde las investigaciones iniciales hasta los alegatos finales.
Después de la lectura del informe, comenzó la fase de alegatos. La Fiscalía General fue la primera en exponer sus argumentos, seguida por los abogados defensores de los acusados, quienes tuvieron hasta una hora cada uno para presentar sus invocaciones orales ante el pleno. Bolsonaro, sin embargo, brilló por su ausencia en todas las sesiones.
Fuentes cercanas a su entorno alegaron problemas de salud que le impiden participar, incluso de forma remota. Una ausencia que se suma a su actual situación judicial, ya que desde el 4 de agosto se encuentra bajo arresto domiciliario por orden de De Moraes, tras incumplir medidas cautelares.
El juicio contra Bolsonaro y sus aliados es más que un proceso legal; es un examen crucial para la democracia brasileña.
