Maduro advierte de una “lucha armada” si EE.UU. agrede a su país tras incidente en el Caribe
El tablero de ajedrez geopolítico en el Caribe se ha encendido. Las fichas de una confrontación de larga data se mueven con una peligrosidad inusitada, y la retórica, tanto desde Washington como desde Caracas, ha alcanzado un punto de alta inflamabilidad.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha lanzado una advertencia directa y sin rodeos: aquellos aviones militares venezolanos que pongan a las fuerzas de EE.UU. en una “posición peligrosa” serán derribados. La amenaza, pronunciada desde el Despacho Oval, es una respuesta directa al sobrevuelo de dos cazas venezolanos cerca de un buque de la Armada estadounidense en el Caribe.
Con el jefe del recién renombrado Departamento de Guerra, Pete Hegseth, a su lado, Trump dejó clara su postura. "Van a tener problemas y se lo haremos saber… Si nos ponen en una posición peligrosa, los derribaremos", sentenció. Aunque luego matizó que las aeronaves "realmente no estuvieron encima" del buque como se había descrito inicialmente, el mensaje ya había sido enviado.
Esta acción es el último capítulo de una escalada de tensiones que comenzó con el despliegue de una flota aeronaval por parte de Estados Unidos en el Caribe, con el objetivo de combatir a los carteles de la droga.
Esa ofensiva ya ha tenido consecuencias letales. Días antes, en un ataque sin precedentes, las fuerzas armadas estadounidenses bombardearon una embarcación procedente de Venezuela que supuestamente transportaba drogas, matando a las once personas que iban a bordo, a las que Washington ha calificado de "narcoterroristas del Tren de Aragua". Las autoridades venezolanas, por su parte, han denunciado el incidente como once “ejecuciones extrajudiciales”. La disparidad de las narrativas no hace más que aumentar la bruma de desinformación y el peligro de un conflicto mayor.
Desde Venezuela, el presidente Nicolás Maduro no se ha quedado en silencio. Sus palabras, tan firmes como las de su homólogo, suben la apuesta. El mandatario venezolano ha advertido que una agresión militar por parte de Estados Unidos a su país, por mínima que sea, significaría el inicio de una “etapa de lucha armada”.
“Si Venezuela fuera agredida, de alguna forma, pasaría a una etapa de lucha armada, planificada, organizada, de todo el pueblo contra la agresión”, afirmó Maduro, mientras anunciaba la activación de la Milicia Bolivariana.
El líder chavista no solo ha llamado al alistamiento de millones de ciudadanos, sino que también ha instado a Trump a "abandonar su plan de un cambio de régimen violento".
El cruce de acusaciones es tan antiguo como la confrontación entre ambos gobiernos. Trump acusa a Venezuela de enviar narcotraficantes a su país, mientras Maduro atribuye las hostilidades al interés de Washington por el petróleo venezolano y sus riquezas energéticas.
En un contexto de relaciones diplomáticas rotas desde 2019, la escalada parece no tener freno. Washington ha advertido que sostendrá una operación militar de gran envergadura contra el tráfico de drogas, más allá de la labor policial y de guardacostas.
El incidente del jueves, con el sobrevuelo de los aviones venezolanos, es un claro ejemplo del juego peligroso que se está librando. La respuesta desde Washington fue un mensaje contundente: "Se le recomienda fuertemente al cartel que gobierna Venezuela que no persiga ningún esfuerzo por obstruir, disuadir o interferir en operaciones antinarcóticos y antiterrorismo llevadas a cabo por las fuerzas armadas estadounidenses".
En el Caribe, el aire se ha vuelto denso, cargado de amenazas y con el olor de un posible conflicto. El mar, que históricamente ha sido un espacio de intercambio y de paz, se ha convertido, por ahora, en una línea de fuego.