Donald Trump reacciona al acercamiento de Rusia e India con China. Afirma que EE.UU. "ha perdido" a ambos países.
Donald Trump ha vuelto a encender la polémica. En un mensaje contundente y lleno de su estilo característico, el presidente de Estados Unidos afirmó que su país "ha perdido" a India y Rusia, que ahora están firmemente en la órbita de China.
Las declaraciones de Trump, difundidas a través de su red social Truth Social, se producen días después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, y el primer ministro indio, Narendra Modi, se unieran a otros líderes en un desfile militar en Pekín.
"Parece que hemos perdido a India y a Rusia ante una China más profunda y oscura. ¡Qué tengan un futuro largo y próspero juntos!", escribió Trump, en lo que muchos interpretan como un sarcástico deseo de buena suerte.
El mensaje no es casual, ya que llega poco después de la celebración en China por el 80 aniversario de la victoria sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial, un evento que reunió a líderes de potencias que a menudo han sido vistas como rivales de Estados Unidos.
La retórica de una nueva Guerra Fría
La reacción de Trump no es una sorpresa. En los últimos días, ya había usado su plataforma para criticar lo que él considera una "conspiración" contra Estados Unidos. Trump ha acusado directamente al líder chino, Xi Jinping, de tejer alianzas con enemigos tradicionales de EE.UU. como Vladimir Putin y Kim Jong Un, el líder de Corea del Norte.
Este tipo de retórica no solo refleja la visión de Trump sobre las relaciones internacionales, sino que también subraya las tensiones geopolíticas en curso. La alineación de Rusia e India con China —aunque con sus propias complejidades y matices— es un tema de preocupación para muchos analistas y políticos en Occidente.
Para Trump, este acercamiento es una clara señal de un cambio en el orden mundial, donde Estados Unidos podría estar perdiendo influencia en favor de una coalición de potencias que, a su juicio, son hostiles.
El mensaje de Trump, breve y directo, se aparta de la diplomacia tradicional. Pero su impacto es innegable. Muestra que, incluso fuera de la presidencia, sigue siendo una voz influyente que define los términos del debate sobre la política exterior.
Su "deseo" de un "futuro próspero" para Rusia e India, lejos de ser un gesto de buena voluntad, es una crítica directa a su decisión de estrechar lazos con China, vista por él como una traición al antiguo orden geopolítico.