Su líder, 'Niño Guerrero', escapó y es buscado por EE.UU. por $5 millones.
El Tren de Aragua, una banda criminal nacida en Venezuela, ha escalado en la mira internacional hasta ser declarado un objetivo militar por la administración de Donald Trump. Con ramificaciones en toda América Latina y con su líder, alias "Niño Guerrero", prófugo, la organización ha pasado de un origen extorsionador a ser un actor clave en el tráfico transnacional.
De las vías del tren a un imperio criminal
La historia del Tren de Aragua no es nueva. Sus orígenes se remontan dos décadas atrás, con la construcción de un tramo del ferrocarril en los estados de Aragua y Carabobo. Lo que comenzó como un grupo de sindicalistas extorsionando a obreros se transformó en una banda criminal organizada que ya tenía vida propia cuando las obras ferroviarias terminaron en 2011.
La Policía Nacional de Venezuela ha seguido de cerca esta evolución, que comenzó a tomar una forma más oscura desde un lugar inesperado: una cárcel, destaca Europa Press..
El cerebro detrás del ascenso de esta banda es Héctor Rustherford Guerrero Flores, conocido en el bajo mundo como el ’Niño Guerrero'. Desde el Centro Penitenciario de Aragua, en Tocorón, 'Niño Guerrero' no solo dirigía la banda, sino que controlaba un verdadero feudo.
Gracias a una política no oficial del gobierno de Nicolás Maduro que permitía a los criminales, conocidos como 'pranes', controlar las prisiones, la cárcel de Tocorón se convirtió en una especie de "ciudad sin ley" con lujos que desafiaban toda lógica: un zoológico, una piscina, un parque infantil y hasta un club nocturno.
Una expansión sin fronteras
Desde su base en la prisión, el Tren de Aragua se expandió por Venezuela, absorbiendo a grupos criminales más pequeños y diversificando su portafolio delictivo. A la extorsión y el secuestro se sumaron el tráfico de personas, contrabando, minería ilegal y el tráfico de drogas.
En 2018, la banda aprovechó la vulnerabilidad en la frontera entre Colombia y Venezuela para establecerse en una zona gris conocida por sus "trochas", que son caminos ilegales usados para contrabando y el paso de migrantes.
La crisis migratoria venezolana se convirtió en un catalizador para su expansión. Utilizando la diáspora como un canal, miembros de la banda comenzaron a operar en países como Colombia, Perú y Chile, consolidando una red criminal transnacional.
Washington eleva la presión
El líder de la banda, que había sido detenido en 2013, se fugó de la prisión de Tocorón en septiembre de 2023, justo antes de una operación militar para retomar el control del centro.
’Niño Guerrero' sigue en paradero desconocido y el gobierno de Estados Unidos ofrece una recompensa de hasta $5 millones de dólares por información que conduzca a su captura.
La administración de Joe Biden ya había catalogado al Tren de Aragua como una organización criminal transnacional. Sin embargo, el gobierno de Donald Trump ha intensificado la presión, elevando su estatus a una organización terrorista.
El reciente ataque de las fuerzas estadounidenses en el Caribe contra una embarcación venezolana sospechosa de transportar drogas, que dejó once muertos, es la prueba más clara de esta nueva estrategia.
Trump ha culpado directamente al gobierno de Nicolás Maduro por las actividades del cártel, advirtiendo que "esto sirva de aviso a cualquiera que esté considerando traer drogas a Estados Unidos".
La banda que nació de la extorsión en un proyecto ferroviario ahora se ha convertido en una prioridad de seguridad nacional para la potencia mundial.