China logra que la OCS apruebe su propio banco de desarrollo frente a la resistencia rusa
China se anota una victoria diplomática en el seno de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). El bloque, integrado por potencias como Rusia, India, Irán y varios países de Asia Central, aprobó la creación de un banco de desarrollo propio, una iniciativa que Pekín llevaba más de una década empujando sin éxito.
El anuncio fue hecho por el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, quien subrayó que la decisión representa un impulso decisivo para las infraestructuras y el desarrollo socioeconómico de los Estados miembros.
Según Europa Press, el proyecto llevaba encallado desde 2010 por la oposición de Moscú, que defendía que China se sumara al Banco de Desarrollo Euroasiático, entidad controlada en casi un 45 % por Rusia a pesar de tener su sede en Kazajistán.
Con este paso, Pekín consigue doblegar la resistencia de su socio estratégico y abrir espacio para consolidar un instrumento financiero bajo el paraguas de la OCS, sin tutela rusa.
Para Xi Jinping, que pidió acelerar la constitución del banco, el logro va más allá de la economía: es un mensaje político de autonomía frente a Occidente y de mayor liderazgo en la región euroasiática.
Rusia cede terreno ante la presión china
El Kremlin había intentado durante años encauzar a su aliado hacia el banco euroasiático, con el argumento de evitar la creación de estructuras paralelas.
En realidad, Moscú temía la consolidación de un organismo que reforzara el peso de China y redujera su capacidad de influencia. Pero la correlación de fuerzas terminó inclinándose hacia Pekín, que ahora amplía su margen de maniobra dentro de una organización que busca presentarse como contrapeso a la hegemonía occidental.
Préstamos, energía verde y tecnología satelital
El anuncio del banco no llegó solo. Xi aprovechó la cumbre para presentar una plataforma de cooperación en industrias energéticas y sostenibles, además de prometer préstamos por 1.400 millones de dólares a los países miembros durante los próximos tres años.
También el presidente chino invitó a los socios de la OCS a adoptar el sistema de navegación satelital BeiDou, alternativa china al GPS estadounidense.
La OCS, nacida en 2001 y formada hoy por diez países —China, India, Rusia, Pakistán, Irán, Kazajistán, Bielorrusia, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán—, se define como un bloque que pretende superar la “mentalidad de Guerra Fría” que atribuye a Estados Unidos y Europa.
La creación de este banco de desarrollo marca un nuevo capítulo en esa estrategia: un organismo financiero que, más allá de las cifras, simboliza la consolidación del liderazgo chino en el corazón de Eurasia.