El escenario hipotético tendría un impacto directo en el turismo, las remesas y la estabilidad económica dominicana.
La idea de una devaluación del dólar estadounidense en un 30% no es un tema de debate común entre economistas o políticos, ya que se considera un evento muy improbable y con consecuencias globales catastróficas. Sin embargo, en el contexto de discusiones sobre la política monetaria, la hegemonía del dólar y las guerras comerciales, algunos analistas han tocado el tema de una posible debilidad o depreciación, aunque no necesariamente de una magnitud tan grande.
Voces que han discutido la debilidad del dólar o escenarios de devaluación en el pasado:
Economistas y analistas en el contexto de la política de Trump: Durante la presidencia de Donald Trump, hubo un debate recurrente sobre la devaluación del dólar. Trump, en su momento, criticó la fortaleza del billete verde, argumentando que perjudicaba a las exportaciones estadounidenses.
Algunos economistas y asesores cercanos a él, como José Carlos Díez, han señalado que la administración de Trump podría buscar activamente devaluar el dólar como una herramienta en sus guerras comerciales, un escenario que consideran incluso "más preocupante que los aranceles".
Expertos que analizan el déficit de EE. UU.: La Oficina de la ONU y otros organismos han señalado que el enorme déficit por cuenta corriente de Estados Unidos es una de las mayores amenazas a la fortaleza del dólar a largo plazo.
Aunque no hablan de una devaluación del 30%, sí mencionan que la dependencia de EE. UU. de los préstamos extranjeros para financiar su déficit podría erosionar la confianza en la moneda y provocar su debilitamiento.
Analistas que discuten la "desdolarización": En el contexto de la economía global, ha surgido un debate sobre la "desdolarización", es decir, la tendencia de algunos países a reducir su dependencia del dólar estadounidense en el comercio y las finanzas internacionales.
Aunque los expertos afirman que el dólar está lejos de perder su estatus como moneda de reserva mundial, señalan que esta tendencia podría contribuir a una depreciación gradual.
Economistas latinoamericanos: En países con economías inestables, la devaluación de la moneda local frente al dólar es un tema recurrente. Analistas de Argentina, por ejemplo, han debatido sobre la necesidad de devaluar su moneda para hacerla más competitiva, pero no se refieren a una devaluación del dólar estadounidense, sino a la devaluación de su propia moneda.
Lo cierto es que la devaluación del 30% del dólar no es un tema de discusión principal entre los expertos, pero el concepto de una debilidad o depreciación del billete verde ha sido un punto de debate recurrente, ligado a la política comercial de EE. UU., los déficits fiscales y el surgimiento de otras potencias económicas.
¿Qué pasaría en RD si el dólar cayera 30%?
Como decíamos, pensar en una devaluación del dólar estadounidense en un 30% es un ejercicio casi de ciencia ficción, pero sus consecuencias serían tan reales como devastadoras para la República Dominicana. Dada nuestra profunda dependencia económica de Estados Unidos, un movimiento de tal magnitud sería un terremoto financiero que sacudiría todos los pilares de nuestra economía, desde las remesas hasta la deuda pública.
El sector turístico, uno de los motores del país, sentiría el golpe de inmediato. Un dólar débil haría que para los estadounidenses viajar a la República Dominicana fuera considerablemente más caro. Sus dólares tendrían menos poder de compra en nuestros hoteles, restaurantes y comercios, lo que podría provocar una caída drástica en el número de visitantes y, por ende, en los ingresos que genera esta industria.
De la misma forma, las remesas, sustento de miles de familias, perderían una parte importante de su valor. Aunque el monto en dólares enviado desde el exterior se mantenga, al ser convertido a pesos dominicanos, se traduciría en una cantidad menor, afectando directamente el poder de compra y consumo de los hogares.
Comercio Exterior: Beneficios y Desafíos
En el frente del comercio, el panorama sería una mezcla de ventajas y desventajas. Por un lado, las exportaciones dominicanas se volverían más baratas y competitivas en el mercado estadounidense. Sectores como la agricultura, los textiles y las zonas francas podrían experimentar un repunte.
Sin embargo, las importaciones, de las cuales la República Dominicana depende en gran medida, se encarecerían. Los productos esenciales como combustibles, materias primas, y equipos aumentarían de precio, lo que generaría una presión inflacionaria que afectaría a la producción y el bolsillo de los consumidores.
La inversión extranjera directa desde Estados Unidos también se vería en aprietos. El capital estadounidense tendría menos valor, lo que podría enfriar el interés de los inversionistas en nuevos proyectos de desarrollo en el país.
El rol crítico del Banco Central y la deuda
Ante un escenario así, el Banco Central de la República Dominicana tendría que intervenir de manera decisiva para mantener la estabilidad. Una devaluación del dólar podría hacer que el peso se revalúe, encareciendo nuestras exportaciones y erosionando la competitividad. El Banco Central tendría que utilizar sus reservas y ajustar las tasas de interés para controlar el tipo de cambio.
Además, una gran parte de la deuda pública dominicana está en dólares. Aunque en un principio podría parecer que la carga de la deuda se reduciría en términos de pesos, el caos económico global pondría en entredicho la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones a largo plazo.
En conclusión, aunque una devaluación del dólar podría tener algún efecto positivo en nuestras exportaciones, los impactos negativos en el turismo, las remesas y la estabilidad financiera serían mucho más profundos y complejos.
La estrecha dependencia económica de la República Dominicana con Estados Unidos significa que cualquier cambio drástico en la política monetaria de ese país nos afectaría de manera directa, obligándonos a adaptarnos a un panorama sumamente inestable.