Fenarroz denuncia importaciones y abandono oficial que ponen en jaque la seguridad alimentaria
La Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz) levantó este miércoles la voz de alarma: el arroz dominicano, alimento clave en la mesa del país, enfrenta una de las peores crisis de su historia. El motivo, aseguran, es el incumplimiento de acuerdos por parte de las autoridades y una política de importaciones que golpea directamente a los productores.
El panorama es inquietante. Marcelo Reyes Jorge, presidente de Fenarroz, explicó que las importaciones desmedidas, la reducción injustificada del precio del arroz cáscara, y la manipulación de las taras han colocado al sector en una posición insostenible.
Indican que a lo anterior se suman los atrasos en la calendarización de siembra y la falta de compensación a productores afectados.
Durante una asamblea en la Ciudad Agropecuaria del Nordeste, en San Francisco de Macorís, se discutieron medidas urgentes: detener las importaciones, reactivar factorías pequeñas, revisar las taras e indemnizar a los afectados.
Las propuestas serán llevadas ante la Comisión Nacional Arrocera, pero los productores insisten en que el presidente Luis Abinader debe intervenir sin demora.
“Estamos ante un atentado contra la producción nacional. Si esto sigue, miles de familias se quedarán sin sustento”, advirtió Reyes Jorge.
Las cifras refuerzan la gravedad de la denuncia. Explican que solo en 2024 entraron al país más de 4.7 millones de quintales de arroz, a pesar de que el decreto vigente autoriza apenas 23,300 toneladas.
El exceso no solo viola las reglas, también erosiona el capital de trabajo de los productores y beneficia, según Fenarroz, a grupos empresariales que se aprovechan del mercado interno.
El impacto financiero es brutal: se estiman pérdidas superiores a los 4,000 millones de pesos, que amenazan con borrar décadas de esfuerzo en el campo. Y lo más alarmante, dicen los productores, es que la producción local es suficiente para abastecer la demanda hasta marzo del próximo año.
Sin embargo, los permisos de importación siguen favoreciendo a intereses privados, empujando al país a una dependencia peligrosa.
El memorándum de entendimiento firmado el 12 de julio de 2024 entre el Ministerio de Agricultura y la Asociación de Factorías de Arroz se ha convertido, a juicio de Fenarroz, en el detonante de esta crisis: “Ese acuerdo ha destruido al productor y nos ha dejado en una vulnerabilidad extrema”, sentenció Reyes Jorge.
La magnitud del problema no es menor. El arroz mueve más de 45,000 millones de pesos anuales, involucra a unas 30,000 familias productoras y se concentra en 14 provincias.
En 2024, la cosecha alcanzó los 14 millones de quintales, superando la producción del año anterior. Pero la sobreimportación amenaza con desmoronar la estabilidad de precios, arrastrando a productores y consumidores a una espiral de incertidumbre.