Tras 24 rondas de diálogo, ambos países acuerdan mecanismos para mantener estabilidad
Beijing.– China llamó este jueves a mantener la paz y la estabilidad en la frontera que comparte con India, un territorio históricamente sensible y que en los últimos años ha sido escenario de tensiones. El portavoz del Ministerio de Defensa Nacional, Zhang Xiaogang, subrayó que ambas potencias deben asumir la responsabilidad conjunta de preservar la tranquilidad en la zona limítrofe.
Las declaraciones, recogidas por la agencia Xinhua, se producen tras la 24ª Ronda de Conversaciones entre Representantes Especiales de ambos países sobre la cuestión fronteriza, celebrada a inicios de mes. En ese encuentro, según explicó Zhang, se alcanzó un consenso de diez puntos que incluye el compromiso de utilizar de manera más activa los mecanismos de gestión y control fronterizo, tanto a nivel diplomático como militar.
El vocero aseguró que el diálogo se desarrolló en un ambiente “cándido y constructivo”, lo que permitió intercambiar opiniones de fondo sobre las tensiones territoriales y sentar bases para futuros avances. “Ambas partes lograron múltiples consensos que refuerzan la confianza mutua y el entendimiento”, afirmó.
El contexto no es menor: este año se conmemoran los 75 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China e India, un aniversario que ambos gobiernos quieren aprovechar para dar un nuevo impulso a sus vínculos bilaterales. Para Pekín, ese hito representa una oportunidad de consolidar un espíritu de respeto mutuo, cooperación y desarrollo compartido.
Zhang insistió en que, más allá de las diferencias históricas, dos países vecinos de la magnitud de China e India deben encontrar la manera de convivir y cooperar. La apuesta, dijo, es avanzar hacia una relación marcada por la coexistencia pacífica y los beneficios comunes, dejando atrás la lógica de la confrontación.
La frontera sino-india ha sido escenario de tensiones recurrentes, como el enfrentamiento de 2020 en el valle de Galwan, donde murieron soldados de ambos lados. Desde entonces, los dos países han reforzado los contactos diplomáticos y militares, aunque los avances han sido lentos y frágiles. La reciente ronda de conversaciones se interpreta como un paso más en esa compleja ruta hacia la estabilidad.
Un trasfondo geopolítico cargado de tensiones
Las diferencias territoriales entre China e India se remontan a la época colonial británica, cuando se trazaron límites en el Himalaya sin un consenso real entre las partes. El conflicto más grave ocurrió en 1962, cuando ambos países se enfrentaron en una breve guerra en la región de Aksai Chin y Arunachal Pradesh, dejando heridas abiertas que nunca se cerraron del todo.
En la actualidad, la disputa fronteriza no solo tiene una dimensión territorial, sino también geopolítica. India observa con cautela la creciente influencia de China en Asia y su alianza estratégica con Pakistán, mientras que Pekín desconfía del acercamiento de Nueva Delhi a Estados Unidos y al bloque del Indo-Pacífico.
La franja fronteriza, además, posee un fuerte valor estratégico: controla accesos a corredores montañosos vitales, rutas comerciales y áreas de interés militar. Por eso, más allá de los discursos diplomáticos, el terreno sigue siendo un punto de fricción.
Con el aniversario diplomático como telón de fondo, tanto Pekín como Nueva Delhi parecen buscar un equilibrio: contener los roces fronterizos y, al mismo tiempo, explorar espacios de cooperación en ámbitos económicos, energéticos y de seguridad regional. La gran incógnita es si los consensos alcanzados en las conversaciones podrán traducirse en medidas concretas que resistan la presión de la realidad en los Himalayas.
Por ahora, la señal enviada desde Beijing es clara: mantener abiertos los canales de comunicación, reforzar los mecanismos conjuntos y dar prioridad a la paz en una de las fronteras más delicadas y estratégicas del continente asiático.