La crisis silenciosa tras el éxodo por el clima: vulnerabilidad de mujeres y niñas
La migración provocada por el cambio climático ya no es una proyección futurista; es una realidad con serias consecuencias económicas y sociales. Expertos reunidos en el Centro de Estudios de Género del INTEC analizaron cómo los desastres naturales y la degradación ambiental están forzando a miles de personas a desplazarse, con un impacto directo en la economía de la región y en particular de la República Dominicana.
El tercer Foro de Expertos y Expertas sobre Cambio Climático y Desplazamiento Forzado contó con la participación de Pablo Escribano, de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y Solhanlle Bonilla, economista ambiental del INTEC y directora de Investigación del Ministerio de Medio Ambiente.
Ambos participantes subrayaron la necesidad urgente de fortalecer las políticas públicas y la cooperación internacional para enfrentar los desafíos de este éxodo ambiental.

El costo de un planeta en crisis
Solhanlle Bonilla, en su conferencia “Impacto económico de las migraciones climáticas: caso de la República Dominicana”, explicó que la migración climática en el país y el Caribe está impulsada por fenómenos como huracanes, erosión costera y la inseguridad alimentaria. Estos eventos no solo destruyen hogares, sino que también tienen un impacto económico multidimensional.
Según Bonilla, la salida de población joven y económicamente activa reduce la fuerza laboral, afectando directamente la productividad agrícola y la economía local.
Por otro lado, la llegada de desplazados presiona los servicios básicos, la infraestructura y los mercados laborales en los lugares de destino.
Las proyecciones del Banco Mundial son alarmantes: sin medidas de adaptación, se estima que las pérdidas del PIB en la región podrían alcanzar el 16.7% para 2050. Esto se traduce en un aumento de la pobreza.
Los huracanes son un ejemplo contundente: solo el huracán Fiona en 2022 causó daños por unos 454 millones de dólares, equivalentes al 9.2% del PIB de ese año. Estas pérdidas no solo son de infraestructura, sino que también incluyen los costos indirectos de la migración forzada.
Un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) añade más peso al problema, indicando que solo tres eventos climáticos extremos adicionales al año pueden aumentar la migración internacional en el Caribe en un 1%, lo que significa una presión adicional para la balanza de pagos y la recepción de remesas en República Dominicana.
Mujeres y niñas, las más vulnerables
El foro también puso un énfasis especial en el impacto diferenciado del desplazamiento sobre las mujeres y niñas. Pablo Escribano, de la OIM, señaló que la pérdida de la vivienda por desastres naturales incrementa en 2.54 veces la probabilidad de que una persona considere migrar.
“Las mujeres y niñas se ven afectadas de manera diferenciada al disponer de menores mecanismos de acceso a recursos, a la propiedad de la tierra y a ingresos”, afirmó Escribano. Las tareas de cuidado y la falta de acceso a recursos dificultan sus posibilidades de adaptación y movilidad.
Solhanlle Bonilla secundó este punto, citando un informe del Banco Mundial de 2024 que destaca cómo las mujeres dominicanas, a menudo sin empleo formal y a cargo del hogar, tienen una capacidad limitada para responder y recuperarse de los desastres.
El Plan de Acción de Género y Cambio Climático de la República Dominicana busca, precisamente, mejorar los derechos de las mujeres para hacer la sociedad más resiliente.
El foro, parte de un proyecto patrocinado por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo, concluyó con un llamado a la acción y un compromiso de seguir generando propuestas para enfrentar esta creciente crisis.