El Observador Permanente del Vaticano ante la OEA ha expresado apoyar los esfuerzos que devuelvan la paz a Haití.
La Santa Sede no se mantiene al margen de la grave crisis que atraviesa Haití. En una clara muestra de su compromiso, ha reiterado su "cercanía" y su disposición a "seguir colaborando, dentro de sus posibilidades," para ayudar al país caribeño. Esta postura, que busca promover la paz y la estabilidad, fue expresada por su representante ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Juan Antonio Cruz Serrano, el Observador Permanente de la Santa Sede ante la OEA, hizo estas declaraciones en Washington durante una sesión del Consejo Permanente.
El evento, cubierto por Vatican News, se centró en un nuevo plan para Haití presentado por el secretario general de la OEA, Albert Ramdin.
El documento, titulado "Hacia una hoja de ruta para la estabilidad y la paz guiada por Haití con el apoyo regional e internacional", propone un camino en varias fases para abordar la "crisis multidimensional" que ahoga a la nación.
Cruz Serrano dejó claro que el Vaticano seguirá de cerca la implementación de este plan, ya que la situación en Haití es "profunda y dramática".
El diplomático vaticano describió el escenario con precisión, señalando las dimensiones sociopolíticas y humanitarias de la crisis, marcadas por la "inseguridad persistente, la pobreza endémica y la violencia de los grupos armados". Esta caracterización subraya la urgencia con la que la Santa Sede observa el conflicto.
El Observador Permanente recordó las palabras del Papa Francisco, quien el pasado 10 de agosto, después del rezo del Ángelus, denunció que "la población de Haití está cada vez más desesperada."
En esa ocasión, el pontífice pidió el apoyo concreto de la comunidad internacional para crear las condiciones sociales e institucionales que permitan a los haitianos vivir en paz, un llamado que la Santa Sede está dispuesta a respaldar con hechos.