El Presidente chileno envía a su ministro a Buenos Aires tras graves incidentes en un partido de fútbol
El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha tomado cartas en el asunto ante los graves incidentes de violencia ocurridos en Buenos Aires durante un partido de fútbol. En una medida que subraya la seriedad de la situación, Boric ha enviado al ministro del Interior, Álvaro Elizalde, a la capital argentina para un seguimiento personal de lo que describió como un "inaceptable linchamiento" contra sus compatriotas.
Los disturbios se produjeron en el estadio Libertadores de América durante el partido de vuelta de la Copa Sudamericana entre el Independiente de Argentina y la Universidad de Chile. Los enfrentamientos fueron tan violentos que el juego fue suspendido poco después de comenzar la segunda mitad, treseña Europa Press.
Boric, que se ha mostrado visiblemente molesto, hizo el anuncio a través de su cuenta en X, la red social antes conocida como Twitter. "La violencia no tiene ninguna justificación, de ningún lado, y vamos a proteger los derechos de nuestros ciudadanos sin perjuicio de las responsabilidades que pueda establecer la justicia", afirmó el mandatario.
Según el Ministerio de Exteriores de Chile, el saldo es preocupante: 19 ciudadanos chilenos hospitalizados y un total de 101 detenidos. La magnitud de los hechos ha llevado al gobierno chileno a exigir una respuesta clara. Horas antes de anunciar el viaje de Elizalde, Boric ya había condenado la situación, señalando no solo a las "hinchadas violentas" de ambos equipos, sino también a las fallas en la seguridad del estadio.
Cruce de acusaciones en Argentina
El incidente ha desatado una guerra de acusaciones entre el Gobierno nacional de Argentina, liderado por Javier Milei, y la administración de la ciudad de Buenos Aires, controlada por la oposición.
El Ministerio de Seguridad Nacional calificó el suceso como "uno de los episodios más graves en la historia del fútbol argentino" y anunció que se sumará a la causa penal. Sin embargo, en un comunicado, el gobierno central señaló que la responsabilidad política recaía en la administración bonaerense.
El Gobierno de Milei ha detectado "fallos graves" en el dispositivo de seguridad, acusando a la policía de recibir la orden de "no intervenir", lo que, según ellos, "prolongó la violencia sin control y dejó una tragedia". El mensaje es claro: "El orden y la seguridad de los argentinos no puede quedar subordinada a la especulación política ni a intereses electorales."
En respuesta, el ministro de Seguridad de Buenos Aires, Javier Alonso, apuntó directamente a su homóloga nacional, Patricia Bullrich, con un contundente "Siempre miente".
Alonso argumentó que la seguridad dentro del estadio es una responsabilidad exclusiva del Club Independiente, como organizador, y de la CONMEBOL.
Por su parte, el club Independiente culpó a los aficionados visitantes del estallido inicial, aunque admitió que luego hubo "agresiones inaceptables por parte de grupos locales". El club se ha comprometido a colaborar con la investigación, asegurando que su operativo de seguridad cumplía con la normativa.
La tensión política y el eco de la violencia no solo han detenido un partido, sino que han puesto en el centro del debate la seguridad en eventos deportivos y la relación entre gobiernos, mientras las víctimas chilenas esperan respuestas.
