Su historia revela lucha contra prejuicios, hambre y discriminación hasta consolidar un despacho de prestigio
A los 13 años, Yeny Batista llegó desde Villa Isabela, Puerto Plata, cargando un sueño definido desde los cinco años: convertirse en abogada. Lo logró, pese a la falta de documentos, el rechazo académico y la discriminación racial que marcaron sus primeros pasos en España.
Hoy es una de las primeras abogadas racializadas de Cataluña destaca Amo dominicana en un texto enviado a DiariodigitalRD.
«Yo quiero ser abogada», repetía cuando sus profesores insistían en desviarla hacia una FP. La respuesta de Yeny fue estudiar sin descanso, al punto de obtener las mejores calificaciones de su instituto en tercero de bachillerato.
Aquellos mismos docentes que la desalentaron, terminaron pidiéndole disculpas.
Los años difíciles entre papeles inexistentes y trabajos precarios de subsistencia
Su llegada en 1992 coincidió con una etapa en la que la regularización migratoria era casi inexistente: «El arraigo no existía hasta el 2000 y no se consolidó hasta 2005», recuerda.
Mientras tanto, para costear sus estudios, Yeny trabajó en hamburgueserías y pasó hambre: «Me vi obligada a buscar céntimos en el suelo para comprar una barra de pan», confiesa.
Su esfuerzo la llevó a graduarse en Derecho con especialidad en Derecho Europeo, obtener una beca en la Universidad de Utrecht (Holanda) y cursar un máster en Abogacía Internacional valorado en 9,800 euros, financiado mediante un préstamo bancario.
Discriminación laboral y compromiso con la defensa de los migrantes
El camino profesional tampoco fue fácil. Al buscar empleo, tuvo que soportar comentarios como «incorporación exótica», por ser una mujer racializada. Esa experiencia reforzó su decisión de especializarse en Derecho de Extranjería, un campo en el que había muy pocos abogados defendiendo los derechos de los migrantes.
«La extranjería es una obligación, es un compromiso», asegura. Actualmente dirige Iuris Mundi, con oficinas en Hospitalet de Llobregat, Barcelona y Gerona, desde donde atiende casos en toda España.
La historia de Yeny Batista no es solo la de una abogada; es la de una mujer que desafió todas las adversidades para abrir camino a las nuevas generaciones.