El Banco Central aclara dudas sobre deuda externa y el manejo de reservas
Santo Domingo. – En medio de análisis recientes sobre la economía dominicana —incluyendo un artículo firmado por el economista Andrés Dauhajre hijo en El Caribe—, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió salir al frente con una serie de aclaraciones clave. El tema: cómo se manejan los fondos provenientes de la deuda externa y cuál es su relación con las reservas internacionales.
No es un detalle menor. En tiempos de incertidumbre global, los movimientos de deuda y reservas son observados con lupa por inversionistas, organismos multilaterales y ciudadanos que buscan entender si la economía dominicana está caminando sobre terreno firme o sobre una cuerda floja.
¿Qué se hace con el dinero que llega por deuda externa?
Cuando el Gobierno emite bonos o contrae deuda en el extranjero, los fondos no van directamente a las arcas del Gobierno para ser gastados de inmediato. Primero llegan a cuentas del Banco Central en bancos corresponsales del exterior. Ahí, el BCRD actúa como intermediario operativo, una especie de “puente técnico”, no como dueño de esos fondos.
Una parte de ese dinero se utiliza para cumplir con pagos de deuda en moneda extranjera que ya están programados. Es decir, se usa para pagar lo que se debe. Otra parte, la que no está comprometida con pagos externos inmediatos, se transfiere al Banco de Reservas. Desde ahí se financian proyectos del presupuesto nacional o se atienden otros compromisos internos, también en dólares.
¿Conclusión? Esos fondos no se quedan en el BCRD de forma permanente, por lo tanto, no deben interpretarse como un aumento real o sostenible en las reservas internacionales.
Las reservas, ¿cómo se han fortalecido?
La República Dominicana ha logrado aumentar sus reservas internacionales de manera considerable en los últimos años. De US$10,751 millones en 2020 se pasó a más de US$14,200 millones en julio de 2024. Esto equivale al 11 % del PIB y cubre más de cinco meses de importaciones, superando holgadamente los estándares recomendados por el FMI (10 % del PIB y tres meses de importaciones).
Pero lo importante es entender de dónde vienen realmente esos dólares. No es deuda. Son las exportaciones, el turismo, las remesas, las zonas francas y la inversión extranjera directa los que están alimentando ese crecimiento. En 2024, la economía generó US$43,842 millones en divisas, y se espera que en 2025 la cifra suba a US$46,150 millones. Eso es más de US$20,000 millones por encima del nivel del año 2020.
Es decir, la economía dominicana está generando divisas por mérito propio. No depende de préstamos para llenar sus reservas.
Un mercado cambiario más maduro
Ese crecimiento también ha ido de la mano con un mercado cambiario que ha ganado profundidad y solidez. El BCRD ha afinado sus herramientas de intervención, utilizando subastas y otros mecanismos para evitar que el tipo de cambio se dispare en momentos de volatilidad.
Cuando hay un exceso de dólares circulando en la economía —por ejemplo, por un flujo extraordinario de remesas o ingresos turísticos— el Banco Central puede absorber ese exceso. Al hacerlo, protege la estabilidad macroeconómica y, de paso, fortalece las reservas.
¿Qué se hace con las reservas?
No se guardan debajo del colchón. El BCRD invierte esas reservas siguiendo tres principios básicos: seguridad, liquidez y rentabilidad. Se trata de un portafolio cuidadosamente gestionado, en el que se prioriza mantener el valor de los fondos y tenerlos disponibles cuando se necesiten.
Los instrumentos principales: bonos del Tesoro de Estados Unidos y depósitos en bancos internacionales de primer nivel, como la Reserva Federal, el Banco de Francia o el Banco de Pagos Internacionales.
En 2023 y 2024, esos fondos generaron ingresos superiores a US$500 millones anuales gracias al aumento de tasas de interés a nivel global. Esa rentabilidad ha contribuido también a reducir el déficit cuasifiscal del Banco Central, que pasó de 1.4 % del PIB en 2020 a 0.8 % en 2024.
Un rol operativo, no político
Hay que subrayarlo: el Banco Central no decide sobre la política de endeudamiento del Gobierno. Lo que hace es operar eficientemente la recepción y el uso técnico de esos fondos, cumpliendo con su función de intermediario y garantizando que los compromisos en moneda extranjera se cumplan en tiempo y forma.
Por eso, aunque en un momento puntual se vea un aumento en las reservas tras una emisión de deuda, ese dinero tiene destino y fecha de salida, y su presencia en las cuentas del BCRD es temporal.
En resumen
- El BCRD no usa la deuda externa del Gobierno para engordar artificialmente las reservas.
- Las reservas han crecido por el buen desempeño de sectores clave de la economía.
- El Banco Central maneja esos recursos con prudencia, generando ingresos y estabilidad.
- El vínculo entre deuda externa y reservas existe, pero es operativo y temporal.
Lo importante es mirar el panorama completo: las reservas no están subiendo por arte de magia, sino porque la economía está generando divisas y el Banco Central está haciendo su trabajo. Con disciplina técnica y sin improvisaciones.