El presidente asegura que busca blindar al país ante amenazas externas
El presidente venezolano Nicolás Maduro anunció el despliegue de 4,5 millones de milicianos en todo el territorio nacional, una operación que, según explicó, forma parte de su llamado “plan de paz” para garantizar la soberanía y la tranquilidad del país frente a presiones externas.
El anuncio se produjo en una reunión televisada con gobernadores y alcaldes, donde el mandatario subrayó que la movilización se llevará a cabo “palmo a palmo”, cubriendo cada rincón de Venezuela con presencia miliciana, reseña Europa Press.
Maduro describió a la milicia como un cuerpo compuesto por dos ramas: la territorial y los combatientes, asegurando que ambas estarán activadas, entrenadas y armadas.
Además, adelantó la creación de milicias campesinas y obreras en fábricas, centros de trabajo y comunidades rurales.
El objetivo, según dijo, es transformar a Venezuela en un país “inexpugnable” frente a cualquier intento de injerencia extranjera.
“Seguiré avanzando en el plan de activación en todos los sectores. Ningún imperio va a tocar la tierra sagrada de Venezuela”, afirmó el mandatario durante su intervención.
El despliegue ocurre en un contexto de alta tensión con Estados Unidos. Apenas días antes, el Departamento de Estado elevó de 25 a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro.
Washington sostiene que el presidente venezolano y sus allegados están directamente vinculados con el narcotráfico.
De acuerdo con la Fiscalía estadounidense, la DEA ha incautado más de 30 toneladas de cocaína relacionadas con Maduro y sus socios, además de casi siete toneladas atribuidas directamente al gobernante.
También se han bloqueado activos valorados en más de 700 millones de dólares, incluyendo jets privados, vehículos de lujo y propiedades.
El endurecimiento de las acusaciones desde Washington coincide con el impulso de Caracas para reforzar su aparato de defensa civil. Maduro insiste en que la movilización de millones de milicianos no busca otra cosa que garantizar “la paz, la seguridad y la independencia” de Venezuela, en un momento en que las tensiones políticas, diplomáticas y económicas mantienen al país bajo la lupa internacional.
Con esta medida, el Gobierno apuesta por un músculo militar paralelo que se expande en comunidades, campos y fábricas, mientras enfrenta presiones financieras y sanciones internacionales.
El despliegue masivo de la milicia refuerza así el mensaje de resistencia que Maduro ha convertido en bandera: la idea de un país sitiado que responde cerrando filas y mostrando fuerza en cada espacio de su geografía.