Un estudio revela que la biosfera está bajo una presión extrema.
Un nuevo estudio científico ha encendido las alarmas sobre el estado de la biosfera. Una investigación liderada por el Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (PIK) ha revelado que el 60% de la superficie terrestre ya no se encuentra en una zona segura, y el 38% está, de hecho, en una zona de alto riesgo.
Los datos fueron publicados en la revista One Earth, son el resultado de un mapeo histórico y espacial que evalúa la "integridad funcional de la biosfera", reproduce Europa Press.
La integridad funcional se refiere a la capacidad de la vegetación del planeta para regular los sistemas terrestres. A pesar de la masiva intervención humana, esta función es crucial para mantener los flujos de carbono, agua y nitrógeno que sustentan los ecosistemas y la vida. Según el marco de Límites Planetarios, este factor es tan vital como la biodiversidad y el cambio climático para garantizar un entorno habitable para la humanidad.
"Hay una enorme necesidad de que la civilización utilice la biosfera para obtener alimentos, materias primas y, en el futuro, también para la protección del clima", explicó Fabian Stenzel, autor principal del estudio.
Explicó que a medida que la demanda de biomasa crece, se vuelve más urgente cuantificar la presión que ejercemos sobre el planeta para evitar un colapso. Esta investigación, que se basa en la última actualización del marco de Límites Planetarios de 2023, busca precisamente eso: identificar los puntos de sobrecarga.
Un viaje al pasado para entender el presente
El estudio rastreó la evolución del estrés sobre la naturaleza desde el año 1600. Utilizando el modelo global de la biosfera LPJmL, que simula flujos diarios de agua, carbono y nitrógeno, los investigadores analizaron los cambios en el clima y el uso del suelo a lo largo de los siglos.
Los resultados son preocupantes. Los primeros signos de alarma aparecieron alrededor de 1600 en las latitudes medias, y para 1900, la industrialización ya pasaba factura. En ese entonces, el 37% de la tierra había superado la zona segura, con un 14% en alto riesgo. Cifras que palidecen en comparación con el 60% y 38% actuales.
El estudio demuestra que el uso del suelo, y no el calentamiento global, fue el primer factor en desestabilizar el sistema terrestre. Hoy, el límite de la biosfera se ha traspasado en casi toda la superficie terrestre que ha experimentado una fuerte conversión de vegetación, principalmente a causa de la agricultura, con Europa, Asia y América del Norte como las regiones más afectadas.
Los investigadores midieron este estrés a través de dos indicadores: la proporción de la productividad de la biomasa que la humanidad desvía para su uso, y la reducción de la actividad fotosintética causada por el cultivo y la urbanización. Además, añadieron un indicador de riesgo que registra cambios complejos en la vegetación y los balances de carbono y nitrógeno.
"Este primer mapa mundial que muestra la superación del límite de la integridad funcional de la biosfera es un gran avance científico", afirmó Johan Rockström, director del PIK. "También da un impulso importante a la política climática internacional, ya que subraya el vínculo entre la biomasa y los sumideros de carbono".
La conclusión es clara: los gobiernos deben actuar para proteger la biosfera de manera integral, de la mano con una acción climática contundente. Mientras esto ocurre el tiempo se agota.