La Casa Blanca se convierte en escenario clave del pulso por la paz en Ucrania
WASHINGTON. — La reunión de este lunes entre Volodymyr Zelenskyy y Donald Trump en la Casa Blanca no es solo un encuentro bilateral. Es un movimiento que puede reconfigurar el tablero de la guerra en Ucrania y, con él, el equilibrio de poder en Europa.
Zelenskyy llega a Washington acompañado de figuras centrales del bloque occidental: Ursula von der Leyen, Mark Rutte, Keir Starmer, Friedrich Merz, Emmanuel Macron y Giorgia Meloni. Que todos ellos estén presentes no es casualidad. Europa sabe que cualquier negociación sobre Ucrania afecta directamente a su seguridad y a su futuro político.
Trump, por su parte, insiste en que un acuerdo de paz sería posible si Kiev acepta concesiones que llevan años sobre la mesa de Moscú: ceder Crimea y renunciar a la OTAN. Una propuesta que, para muchos analistas, significaría consagrar la influencia rusa en la región y abrir un precedente peligroso para otros países fronterizos con Rusia.
El problema es que la visión de Trump choca frontalmente con la de la mayoría de sus aliados europeos. Mientras el republicano considera que “los altos el fuego son inútiles” y que el conflicto podría terminar “de inmediato” si Zelenskyy lo desea, en Bruselas y en las capitales europeas la lectura es otra: aceptar esas condiciones sería premiar la agresión militar de Putin.
El secretario de Estado, Marco Rubio, intentó suavizar el mensaje asegurando que un alto el fuego “no está descartado”. Sin embargo, las señales que llegan desde Moscú no apuntan a una pausa en los combates.
En Kiev, la presión es máxima. Zelenskyy sabe que ceder Crimea o frenar el camino hacia la OTAN no solo tendría un coste político interno incalculable, sino que debilitaría la resistencia ucraniana a largo plazo. Al mismo tiempo, necesita mantener el respaldo de Washington, clave en la financiación y el suministro militar.
El encuentro de hoy, por tanto, va mucho más allá de las fotos oficiales. Define cómo se alinearán las potencias occidentales en los próximos meses: si bajo la estrategia pragmática de Trump, que prioriza un cierre rápido, o bajo la línea europea, que apuesta por resistir la presión rusa sin concesiones.
El desenlace marcará el rumbo de la guerra y el papel que Estados Unidos y Europa jugarán en la seguridad continental.