El presidente supervisa reparaciones y promete alivio gradual a los apagones
Nizao, Peravia. — Bajo un sol inclemente y rodeado del ruido propio de una planta en reparación, el presidente Luis Abinader llegó a la central termoeléctrica Punta Catalina con una sola cosa en mente: dar la cara.
“Mi preocupación por la gente me trajo a Punta Catalina”, soltó con tono firme, al salir de la sala de control tras revisar los detalles técnicos con el equipo responsable de devolverle vida a la caldera de la planta. La visita no fue una aparición ceremonial ni un acto para la foto. Fue un gesto político y técnico en medio de una crisis que ha dejado al país con apagones que ya afectan a miles.
Desde el pasado martes 12 de agosto, Punta Catalina —responsable de una parte vital de la demanda eléctrica nacional— está fuera de servicio. Una avería en uno de los tubos de la caldera obligó su desconexión inmediata. La situación se agravó con la salida simultánea de las plantas Los Mina II y Siba, lo que redujo en más de un 15% la oferta energética del sistema. En un país que ya opera al filo de su capacidad, eso equivale a una emergencia.
Consciente del descontento que generan los apagones, Abinader pidió disculpas públicas. “Sé lo incómodo que es vivir con interrupciones de luz. Lo sé porque yo también soy ciudadano”, dijo, sin rodeos.
Pero el mensaje principal del presidente fue que la situación no lo tomó por sorpresa. Aseguró que desde hace años se han tomado medidas para reforzar el sistema, y que en los próximos seis meses se irán incorporando 600 megavatios adicionales. De hecho, anunció que ya mañana podrían comenzar a sumarse esos primeros megas al sistema si las pruebas de la planta culminan según lo previsto.
Durante el recorrido, Celso Marranzini, administrador general de la Empresa de Generación Eléctrica Punta Catalina (EGEPC), ofreció una explicación técnica del proceso. Dijo que, tras detectar un pinche en un tubo de la caldera, se procedió a revisar el resto de los componentes críticos.
La inspección reveló más zonas comprometidas, por lo que se amplió la reparación. El trabajo se ha hecho en coordinación con técnicos del fabricante original y bajo rigurosos controles de calidad.
“El equipo ha estado trabajando sin descanso, día y noche, para resolver esta situación. Ahora mismo estamos haciendo pruebas hidrostáticas y de espesor. Si todo sale bien, podríamos iniciar encendido en las próximas 24 horas”, detalló Marranzini.
Abinader estuvo acompañado por el ministro de Energía y Minas, Joel Santos Echavarría, quien también conversó con el personal técnico y supervisó las labores.
Aunque el gobierno intenta dar respuestas rápidas, la presión es evidente. Punta Catalina no es solo una planta; es un símbolo de las apuestas —y fallos— del sistema eléctrico nacional. Cada minuto fuera de servicio representa cientos de hogares y negocios a oscuras.
La promesa del presidente es clara: los apagones comenzarán a reducirse desde mañana, primero con el regreso gradual de Punta Catalina, seguido por la reincorporación de Los Mina II y Siba. Pero aún queda por ver si los tiempos técnicos le darán la razón.