Ambos líderes cierran un primer cara a cara sin avances concretos y se citan de nuevo.
Alaska.- Donald Trump y Vladimir Putin se reunieron en Alaska sin alcanzar acuerdos sobre Ucrania, aunque destacan "avances" en otros temas. La paz sigue en el aire.
El telón de fondo era el frío implacable de Anchorage, Alaska, pero la atmósfera en la sala de reuniones no fue menos gélida.
Donald Trump y Vladimir Putin, dos figuras que han definido la geopolítica de la última década, se vieron las caras en un encuentro que, a pesar de las expectativas, terminó sin un solo anuncio concreto sobre la guerra en Ucrania. La tan ansiada paz sigue siendo una quimera.
En una rueda de prensa conjunta, en la que no se permitió una sola pregunta de los periodistas, los mandatarios optaron por un mensaje de cautela y optimismo medido.
Se limitaron a hablar de "avances" en varios temas no especificados y se emplazaron a una segunda reunión sin fecha ni lugar definidos.
Sin embargo, en un momento de distensión, Putin lanzó una sugerencia informal: ¿qué tal Moscú para la próxima cita? Trump, con su habitual estilo desenfadado, respondió que "le criticarían un poco" por ello, pero que "podría suceder".
Un diálogo "muy profundo" pero sin resultados tangibles
Durante las tres horas que duró el encuentro, Trump calificó el diálogo de "muy profundo" y "muy productivo".
El expresidente estadounidense aseguró que habían logrado acuerdos en "muchísimos puntos", aunque admitió que aún había "un par de puntos importantes" en los que no se había llegado a consenso.
La guerra de Ucrania, uno de esos temas espinosos, se mantuvo en el centro de la mesa, pero sin que se vislumbrara una solución. A pesar de esto, Trump se mostró confiado en que "hay muchas posibilidades de lograrlo".
El líder republicano insistió en que su rol era el de un mediador, y anunció que informaría sobre los detalles de la reunión al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a la OTAN y a otras personas "pertinentes". Subrayó que, en última instancia, la decisión sobre el futuro de su país dependía del propio Zelenski.
Por su parte, Putin describió el ambiente del encuentro como "respetuoso, constructivo y de mutuo respeto", destacando la "utilidad" de una reunión personal "largamente esperada" entre ambos líderes.
El presidente ruso reconoció que Ucrania había sido uno de los "temas centrales" y fue directo al punto de la discordia: para alcanzar la paz, se deben "eliminar todas las raíces, las causas principales de ese conflicto". Putin puso una condición clara: "considerar todas las preocupaciones legítimas de Rusia y restablecer un equilibrio justo de seguridad en Europa y en el mundo en general".
De Kiev a Washington: mensajes cruzados
El presidente ruso no dudó en enviar un mensaje a "Kiev y las capitales europeas" para que tomaran los avances con Estados Unidos de forma "constructiva" y no intentaran "obstaculizar el proceso".
La advertencia, un tanto críptica, hizo alusión a posibles "negociaciones secretas para provocar y torpedear el progreso incipiente".
En un gesto que resonó en el ámbito político estadounidense, Putin respaldó la recurrente afirmación de Trump de que la invasión de Ucrania no se habría producido si Joe Biden no hubiera estado en la Casa Blanca.
"El presidente Trump y yo hemos forjado una relación muy sólida, comercial y de confianza. Y tengo motivos para creer que, siguiendo este camino, podemos llegar al fin del conflicto en Ucrania", sentenció Putin, avivando así la polémica en Washington.
Mientras ambos líderes se preparan para una segunda reunión, queda claro que las distancias entre sus posturas siguen siendo abismales.
A pesar de la cordialidad en la rueda de prensa y los supuestos "avances", la situación en Ucrania no se ha movido un milímetro. La paz, por ahora, seguirá siendo un horizonte lejano, envuelto en la incertidumbre de futuras negociaciones.