Un nuevo anticuerpo inyectado directamente en tumores logra una remisión completa en dos pacientes con metástasis.
Un equipo de científicos de la Universidad Rockefeller en Estados Unidos ha desarrollado un fármaco experimental que está generando esperanzas en la lucha contra el cáncer metastásico. En un pequeño ensayo clínico, esta nueva versión de un anticuerpo inmunoestimulador logró reducir los tumores en la mitad de los pacientes que participaron, y lo más sorprendente: los tumores desaparecieron por completo en dos de ellos.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista Cancer Cell, buscó mejorar una estrategia que había mostrado ser prometedora en animales, pero que en humanos causaba efectos secundarios severos. El problema con la versión original era que, al ser administrada por vía intravenosa, muchas células sanas captaban el fármaco, lo que provocaba una toxicidad sistémica.
Inyección directa: un cambio que lo hizo todo
La gran innovación del equipo del doctor Jeffrey V. Ravetch fue cambiar la forma de administración. En lugar de inyectar el fármaco en la sangre, lo hicieron directamente en el tumor. Con esta técnica, denominada intratumoral, el equipo logró una respuesta inmunitaria antitumoral diez veces más potente y, lo más importante, con una toxicidad mucho menor. "Cuando hicimos eso, solo vimos una toxicidad leve", explicó Ravetch.
El ensayo incluyó a 12 pacientes con cáncer metastásico, incluyendo melanoma, cáncer de mama y carcinoma de células renales. Los resultados fueron más allá de lo esperado. Los dos pacientes que lograron una remisión total padecían melanoma y cáncer de mama, dos de los tipos más agresivos y recurrentes.
Un milagro "local" con efecto global
El caso de la paciente con melanoma fue particularmente impactante. "Ella tenía docenas de tumores metastásicos en la pierna y el pie, y solo inyectamos el fármaco en un tumor en el muslo", detalló Ravetch. Tras varias inyecciones, todos los demás tumores desaparecieron. El mismo fenómeno ocurrió con la paciente de cáncer de mama, que tenía metástasis en la piel, hígado y pulmón; al inyectar solo el tumor de la piel, los demás también se esfumaron.
El fármaco, llamado 2141-V11, funciona estimulando la actividad inmunitaria dentro del tumor, esencialmente creando un "microambiente" que activa a las células inmunes para que ataquen el cáncer. Este microambiente, al parecer, enseña al sistema inmune a reconocer y destruir las células cancerosas, incluso en otras partes del cuerpo.
Aunque los resultados son muy prometedores, los expertos, como el jefe de investigación clínica del CNIO, Luis Álvarez Vallina, insisten en la necesidad de más estudios a largo plazo para confirmar la durabilidad de las respuestas y determinar qué pacientes se beneficiarían más de este tratamiento. Actualmente, ya hay varios ensayos clínicos en marcha para probar el 2141-V11 en otros tipos de cáncer, como el de vejiga, próstata y glioblastoma.