La vía de 19.8 kilómetros reducirá el tiempo de viaje hacia el sur y dinamizará la economía
Peravia.– El sol del sur pegaba fuerte este jueves, pero eso no frenó el bullicio en la entrada de la nueva Circunvalación de Baní. Decenas de curiosos, funcionarios y obreros se mezclaban en el calor, todos con la vista puesta en el podio donde el presidente Luis Abinader se disponía a cortar la cinta de una de las más importantes obras esperadas de la región: una vía de 19.8 kilómetros que promete ahorrar tiempo, combustible y paciencia a quienes transitan hacia el sur profundo.

Abinader llegó acompañado de la primera dama, Raquel Arbaje, y un buen grupo de ministros. Antes de hablar de asfalto y puentes, lanzó un mensaje que sonó a respuesta directa a sus opositores:
—Hay muchos que están en política; yo estoy en trabajo. Llegará el momento político y ahí diremos las verdades.
No fue la única frase con filo. “La verdad no se esconde y las mentiras no llegan lejos”, repitió, antes de recomendar a su gabinete que por cada crítica, dupliquen el esfuerzo; a cada mentira, paciencia; y siempre, una sonrisa.
La obra, explicó, reducirá en casi una hora el trayecto entre Santo Domingo y Barahona, descongestionará el centro urbano de Baní y facilitará el transporte de carga y pasajeros. “Esta carretera no es solo asfalto, es tiempo que la gente gana para estar con su familia o para trabajar”, dijo, con la carretera recién asfaltada extendiéndose detrás como prueba tangible.
Un repaso al sur
El presidente aprovechó para pasar revista a lo hecho en la región: hospitales —el primero traumatológico, pediátrico y oncológico del sur—, universidades, carreteras, puertos y proyectos turísticos. Mencionó el muelle de Barahona, el desarrollo en Salinas y Punta Arena, y programas agrícolas que han beneficiado a provincias como Pedernales, Azua y Neiba. “Invertimos con transparencia, priorizamos lo que más impacta y no dejamos de lado a ninguna comunidad”, aseguró.
Un puente sobre el río Baní y 17 más
Eduardo Estrella, ministro de Obras Públicas, tomó el micrófono para los detalles técnicos: 19.8 kilómetros, 17 puentes —incluido el más grande sobre el río Baní—, dos capas de asfalto de cinco pulgadas y señalización completa. La inversión: 7,700 millones de pesos. “Esta circunvalación es estratégica, conecta Peravia con puntos turísticos como Las Salinas y está diseñada para futuras ampliaciones”, subrayó.

No se quedó ahí: mencionó otras obras viales en curso, como la carretera Barahona–Enriquillo–Pedernales y la vía El Cercado–Hondo Valle, que recortarán los viajes hacia Bahía de las Águilas a menos de una hora desde distintos puntos.
Orgullo local y futuro turístico
El senador por Peravia, Julito Fulcar, habló con tono emocionado: “Esta es la obra más importante del presidente para toda la región sur. El 14 de agosto quedará marcado en nuestra provincia”. También el senador por Barahona, Moisés Ayala, recordó que, apenas asumió, Abinader visitó Pedernales y anunció diez hoteles y el puerto de Cabo Rojo, hoy en funcionamiento y recibiendo turistas que dinamizan la economía de la región Enriquillo.
Árboles y reconocimientos
En un gesto simbólico, Abinader plantó un guayacán, Arbaje un guatapanal y el director de RD Vial, Hostos Rizik, una palma guano de Baní, especie típica de la zona. Acto seguido, el presidente fue declarado “visitante distinguido” del Distrito Municipal de Villa Sombrero, en reconocimiento a su liderazgo y apoyo al desarrollo de Peravia.
El ambiente, aunque formal, tuvo momentos distendidos: saludos improvisados, vecinos pidiendo selfies y el expresidente Hipólito Mejía bromeando con algunos asistentes. También estuvieron presentes ministros como José Ignacio Paliza, Víctor “Ito” Bisonó y Limber Cruz, así como altos mandos de la Policía y directores de instituciones públicas.
La nueva circunvalación, más que un tramo de carretera, se presentó como un símbolo de conexión: entre el sur y el resto del país, entre las promesas y las obras concretas. Queda por ver si el ritmo de construcción y los beneficios prometidos se mantendrán, pero este jueves, al menos, en Baní la palabra “trabajo” estuvo más presente que la palabra “política”.