Expertos recomiendan mantener una temperatura, nunca por debajo de los 22 grados, y evitar saltos térmicos repentinos.
El calor aprieta, y la tentación de buscar refugio en el aire acondicionado o lanzarse al mar es enorme. Sin embargo, lo que promete alivio puede, sin darnos cuenta, convertirse en una fuente de dolores en el cuerpo como se explica a continuación.
Expertos de la Sociedad Española de Columna Vertebral (GEER) lanzan una advertencia clara: el uso desmedido del aire acondicionado, sumado a los bruscos cambios de temperatura, es un caldo de cultivo para las temidas contracturas musculares.
La recomendación es sencilla pero vital: mantener una temperatura interior moderada, nunca por debajo de los 22 grados, y evitar esos saltos térmicos repentinos.
La llegada del verano no solo altera el termómetro, también modifica nuestras rutinas y hábitos, elevando el riesgo de sufrir molestias y lesiones en la espalda, despliega Europa Press.
Los especialistas de GEER señalan varios frentes de ataque: las altas temperaturas, un entusiasmo inicial desmedido con la actividad física que lleva a aumentos abruptos y sin preparación, y los viajes prolongados.
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Cuando la playa o la piscina llaman, la prudencia es clave, sobre todo si el agua está muy fría. La misma lógica que aplicamos al aire acondicionado para prevenir contracturas —evitar cambios bruscos de temperatura— debe extenderse al baño. Lo ideal es entrar en el agua poco a poco, permitiendo que el cuerpo se aclimate gradualmente.
En cuanto al ejercicio, la recomendación es clara: hay que moverse, sí, pero de forma gradual y progresiva. Ese arranque vigoroso que a veces acompaña el inicio del verano puede derivar en sobrecargas si el cuerpo no está listo.
Así, los expertos insisten en la importancia de comenzar cada sesión con un buen calentamiento y estiramientos, pasos esenciales para sortear sobrecargas y lesiones musculares o articulares.
Las actividades acuáticas son excelentes aliadas, favoreciendo la movilidad y el fortalecimiento, siempre que se realicen de forma controlada. Estilos como el crol y la espalda son especialmente beneficiosos para la columna.
La playa, con su encanto, también esconde trampas posturales. Correr, dar paseos extensos o practicar deportes sobre la arena inestable puede castigar la estabilidad lumbar y sobrecargar las articulaciones. Por ello, es crucial usar calzado adecuado, minimizar los impactos repetidos y adaptar la intensidad al terreno.
Además, al tumbarse, la postura es fundamental. Si usas una silla, busca una con respaldo. Si optas por la toalla en la arena, procura un apoyo cervical que mantenga las curvaturas fisiológicas de la columna.
Y si eres de los que lee en la playa, asegúrate de que el libro o dispositivo esté a la altura de tus ojos, sin mantener los brazos extendidos. Una tumbona reclinable es ideal, y si lees boca abajo, que sea por breves periodos. Boca arriba, una toalla enrollada bajo la cabeza hará la diferencia.
Preparación para viajar y durante el trayecto
Los viajes, tan esperados, a menudo ocultan peligros insospechados. El transporte de equipaje es una fuente común de lesiones. Lo sensato es usar maletas con ruedas, evitar cargar el peso en un solo lado y, al levantar el equipaje, no hacer giros bruscos con el tronco. Al preparar la maleta, hazlo a una altura que no te obligue a flexionar demasiado la espalda.
Para trayectos largos, los accesorios ergonómicos son tus aliados. La postura ideal es la de la espalda bien apoyada en el respaldo, con rodillas y caderas en ángulo recto. Hay que evitar deslizarse en el asiento, una posición inclinada que perjudica la zona lumbar.
Además, las pausas frecuentes son imprescindibles: cada dos horas en coche para estirar, y si viajas en avión o tren, levántate y camina por el pasillo siempre que sea posible.
Una vez en el destino de vacaciones, no bajes la guardia con el sueño y la postura. Colchones de menor calidad pueden agravar problemas preexistentes o generar nuevas molestias. La clave es mantener una postura adecuada al dormir y usar almohadas que aseguren la correcta alineación de la columna.