La JCE inicia la renovación del documento con cambios legales, técnicos y de seguridad
Santo Domingo. – La Junta Central Electoral (JCE) ha puesto en marcha un proceso que no es menor: renovar por completo la cédula de identidad y electoral. No se trata solo de un cambio estético o de materiales. Es un proyecto de Estado que busca reforzar la seguridad, modernizar la tecnología y blindar la identidad ciudadana frente a delitos cada vez más sofisticados.
Plazos y razones legales
El cambio responde, en primer lugar, a un mandato de ley. Las cédulas emitidas en 2014 tenían una vigencia de diez años, por lo que caducan en 2024. La Ley 20-23 faculta a la JCE para rediseñar el documento cuando lo considere necesario, y el Pleno decidió hacerlo con tiempo, integrando mejoras de fondo.
Seguridad frente a nuevas amenazas
En la última década, la ciberdelincuencia y la falsificación de documentos han evolucionado a gran velocidad. Lo que antes requería equipos exclusivos para gobiernos, hoy puede hacerse con herramientas al alcance de cualquiera. La JCE asegura que la actual tecnología de emisión ya no ofrece garantías frente a los estándares internacionales y que la falsificación del formato vigente es relativamente sencilla.
El nuevo documento estará hecho en policarbonato, con grabado láser, código QR y un chip con circuito criptográfico que almacenará información personal y biométrica cifrada. También permitirá autenticación biométrica, impidiendo su uso por terceros aunque tengan el plástico en la mano. Con certificados digitales, se podrán realizar transacciones electrónicas seguras y autenticar la identidad en línea.
Un proceso de licitación bajo lupa
El contrato para fabricar la nueva cédula se adjudicará mediante licitación pública internacional. Actualmente, la apertura de las ofertas económicas está pospuesta por la impugnación presentada por uno de los consorcios participantes. La JCE sostiene que este tipo de reclamos es normal en procesos de contratación y que no afecta el calendario previsto: la renovación preliminar comenzará en el último trimestre de este año.
Depuración del padrón y control del registro civil
Antes de emitir las nuevas cédulas, la JCE está revisando 2,9 millones de registros que requieren validación. Hasta ahora, se han depurado más de 1,5 millones. El objetivo es que ningún documento se emita sin que los datos estén correctamente asentados en el registro civil.
Este control impactará directamente en las elecciones: permitirá depurar padrones internos de partidos y garantizar un registro de electores más seguro para las primarias de 2027 y las elecciones de 2028. De hecho, la JCE subraya que el documento será clave para la compleja elección unificada que se prevé en 2032, cuando se votará en siete niveles en una sola fecha.
Una inversión, no un gasto
La JCE defiende que el cambio es una inversión en democracia y soberanía. Con una vida útil estimada de más de diez años, el nuevo formato reducirá costos a largo plazo y abrirá la puerta a usos digitales e interoperabilidad con otros sistemas del Estado.
Socialización y respaldo político
El proyecto ha sido presentado a partidos políticos, Congreso, Ejecutivo, empresarios, bancos, iglesias y medios. Según la JCE, hay un respaldo amplio a la iniciativa, que beneficiará a más de 9,4 millones de personas, incluidos casi un millón de menores que alcanzarán la mayoría de edad a partir de 2025.
La renovación de la cédula no será un simple trámite para cambiar un plástico por otro. Implicará la depuración más exhaustiva del padrón y un salto tecnológico pensado para blindar la identidad, garantizar elecciones confiables y, en palabras de la propia JCE, “hacer respetar nuestra soberanía”.