El reconocido gestor cultural falleció tras complicaciones de salud
El productor William Liriano falleció tras dos semanas hospitalizado en la capital. Liriano fue un productor respetado y querido, cuya trayectoria dejó huellas profundas en la industria.
Liriano falleció luego de complicaciones de salud que lo mantuvieron hospitalizado durante dos semanas en un centro médico de Santo Domingo. Su partida, confirmada por la familia a través de una nota luctuosa, ha provocado una ola de mensajes de pesar en el ámbito cultural y artístico.
En el comunicado, la familia expresó su dolor:
“Con profundo pesar, informamos el fallecimiento del destacado productor William Liriano, quien lamentablemente perdió la batalla tras complicaciones de salud. William fue un referente en la industria del entretenimiento, dejando una huella imborrable con su talento, entrega y profesionalismo. Su partida enluta al sector artístico y a todos los que tuvimos el privilegio de conocer y trabajar junto a él. Paz a su alma. Familia Liriano”.
Más allá de los reconocimientos formales, quienes trabajaron con él lo describen como un hombre apasionado, siempre dispuesto a arriesgar por un buen proyecto y a respaldar nuevos talentos. Era de esos productores que no solo movían piezas desde la oficina, sino que conocían de cerca cada escenario, cada ensayo, cada detalle que podía marcar la diferencia en un espectáculo.
Su nombre estuvo vinculado a eventos y producciones que marcaron época, tanto por su calidad como por la calidez humana que transmitía. Liriano no era solo un engranaje dentro de la maquinaria cultural: era un impulsor constante, un enlace entre artistas y público, y un defensor del trabajo bien hecho.
En el sector, su ausencia se siente como un silencio incómodo, de esos que dejan los que sabían unir voluntades y encender luces donde otros solo veían sombras.
Hoy, colegas, amigos y artistas lo despiden con el mismo respeto que él cultivó a lo largo de su carrera. La industria pierde a un profesional ejemplar; sus allegados, a un ser humano entrañable.
Paz a tu alma, William. Tu legado queda.