Las autoridades venezolanas vinculan a la "extrema derecha" con el intento de ataque en una plaza céntrica.
Un presunto plan para sembrar el caos en el corazón de Caracas ha sido desarticulado por las fuerzas de seguridad de Venezuela. Las autoridades han detenido a al menos 13 personas vinculadas con un intento de atentado que, según el ministro del Interior, Diosdado Cabello, tenía como objetivo detonar un artefacto explosivo en la Plaza de la Victoria.
En una comparecencia ante los medios, Cabello volvió a señalar a los sectores opositores de "extrema derecha", acusándolos de ser los cerebros detrás del plan. Con un tono desafiante, el ministro afirmó que la "bocona" de esta facción política permite a las autoridades enterarse de antemano de sus supuestas acciones violentas y, así, prevenirlas.
Sin mencionarla directamente, Cabello insinuó que la dirigente opositora María Corina Machado había advertido de forma velada sobre el ataque. "Ella ya había dicho que viene lo bueno", apuntó el ministro, vinculándola así con la "alianza criminal" que, según él, está detrás de la conspiración.
El objetivo de este grupo era, de acuerdo con la información de la cadena oficial VTV, crear caos y terror en la Plaza de la Victoria y sus alrededores.
Las autoridades aseguraron haber incautado tres kilos de dinamita, material que habría sido utilizado en el ataque. "Imagínense ustedes que eso hubiese explotado", advirtió Cabello, subrayando la gravedad de la situación.
El primer eslabón de la cadena: una confesión
El ministro del Interior identificó a un sospechoso, José Daniel García, como una pieza clave en la investigación. Según la versión oficial, la confesión de García, tras su detención, fue el punto de partida para identificar y capturar al resto de los implicados. García habría admitido que le ofrecieron 20,000 dólares para llevar a cabo el atentado.
La detención de este grupo y la incautación de la dinamita se presentan como una victoria para el gobierno de Nicolás Maduro en su lucha contra lo que consideran una constante amenaza de desestabilización.
El gobierno ha utilizado este incidente para reforzar su narrativa de que la oposición política, o al menos un sector de ella, opera a través de medios violentos y conspirativos.
El caso, que ya ha generado un gran revuelo en la opinión pública, se suma a una serie de acusaciones y detenciones que han marcado la polarizada política venezolana.
El gobierno, a través del ministro Cabello, ha dejado claro que seguirá vigilante ante cualquier intento de desestabilización, mientras que la oposición seguramente desmentirá cualquier vínculo con los detenidos.