Richard Medina el crecimiento económico reducido se refleja en indicadores clave como el IMAE y las recaudaciones fiscales
SANTO DOMINGO. La economía dominicana está perdiendo ritmo, y las consecuencias ya se sienten en las calles a juicio del economista Richard Medina, miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) lo que ha encendido las alarmas. Afirmando que el país experimenta un crecimiento económico reducido que se refleja en indicadores clave como el IMAE y las recaudaciones fiscales.
En un análisis publicado en Listín Diario y Vanguardia del Pueblo bajo el elocuente título de “La Calle está Dura”, Medina detalla la situación. El Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE), termómetro de la evolución de la economía, muestra un crecimiento de apenas 2.4% en el primer semestre de 2025, muy por debajo de lo que el país está acostumbrado. “Este aumento es menos de la mitad de lo que habitualmente crece la economía”, señaló Medina.
Ese estancamiento se hace evidente también en las finanzas del Estado. Las recaudaciones de impuestos al consumo han crecido muy poco, y en algunos casos, han decrecido durante los primeros cinco meses de 2025 en comparación con el año anterior.
Según Medina, este es un síntoma claro de que la economía se está desacelerando, ya que el menor consumo de los dominicanos impacta directamente en las ventas y, por ende, en la capacidad de recaudación del gobierno.
El efecto dominó en las empresas y las familias
El economista no se limita a las cifras macro, sino que se centra en el impacto real en el día a día. “La economía está desacelerada, y sus efectos ya se sienten en los bolsillos de las familias y en las ventas de las empresas”, afirma con contundencia. El menor poder adquisitivo se traduce en menos compras de bienes no esenciales, lo que afecta directamente los ingresos de los negocios.
En el sector empresarial, el panorama es igualmente preocupante. El bajo crecimiento se manifiesta con una serie de problemas en cadena: las ventas son menores que en 2024, las cuentas por pagar se acumulan, la demanda de nuevos préstamos comerciales ha bajado, y el ciclo de cobro se ha alargado. Esto se debe a que los clientes también están enfrentando menos ventas y menos liquidez.
Medina también apunta a la inversión en obras públicas como un factor de esta desaceleración. Según sus datos, el presupuesto de 2025 refleja que este sería el año en el que el Gobierno menos invierte en este tipo de gasto desde 1990, destinando solo el 2.2% del PIB a obras públicas. Una cifra que, históricamente, ha sido clave para dinamizar la economía y generar empleo.
En conclusión, el análisis de Richard Medina pinta un cuadro de una economía que necesita un impulso. El menor consumo, las ventas estancadas y las dificultades de las empresas son señales de que la calle, como él mismo dice, está dura para una gran parte de la población.