También fueron convocados exfiscales y exjefes del FBI para declarar
El escándalo en torno al fallecido multimillonario y delincuente sexual Jeffrey Epstein vuelve a sacudir a Washington. El Congreso de Estados Unidos ha citado a Bill y Hillary Clinton, así como a ocho exfuncionarios de alto rango, para declarar a puerta cerrada en el marco de la investigación que intenta esclarecer hasta dónde llegaban las conexiones del financiero con figuras influyentes del poder.
El Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes, presidido por el republicano James Comer, notificó este martes que los citados deberán comparecer entre los meses de agosto y octubre.
El anuncio viene acompañado de una solicitud directa al Departamento de Justicia para entregar, antes del 19 de agosto, todos los archivos relacionados con Epstein.
La lista de convocados incluye a cinco exfiscales generales: Merrick Garland, William Barr, Jeff Sessions, Loretta Lynch y Eric Holder. A ellos se suman Alberto Gonzales, también exjefe del Departamento de Justicia; el exdirector del FBI James Comey; y el exfiscal especial Robert Mueller.
Todos ellos, en algún momento, estuvieron al frente de agencias claves que habrían tenido acceso —o participación directa— en investigaciones relacionadas con Epstein y su red de tráfico sexual.
Aunque la citación de los Clinton ha encendido el debate mediático, no es la única acción contundente del Comité. También se ha convocado a declarar a Ghislaine Maxwell, expareja de Epstein y condenada a 20 años de prisión por tráfico de menores, como parte de una red de abuso sexual que operó durante décadas.
Lo llamativo de este movimiento es que la decisión del Comité fue bipartidista. Tanto demócratas como republicanos votaron a favor de exigir la entrega de los archivos clasificados, lo que revela una intención compartida —al menos públicamente— de arrojar luz sobre el caso.
Epstein, quien fue hallado muerto en su celda en agosto de 2019, estaba acusado de liderar una red internacional de abuso y explotación sexual de menores. Su muerte, oficialmente considerada suicidio, ha sido objeto de múltiples teorías y cuestionamientos, dado su círculo de amistades que incluía figuras del más alto perfil mundial.
La reactivación del caso en el Congreso se produce en un año electoral, lo que añade aún más tensión política al ambiente. La expectativa ahora se centra en si estas comparecencias lograrán despejar las dudas o si solo servirán para profundizar la desconfianza pública en las instituciones.
La pregunta que flota en el aire es clara: ¿quién protegía a Jeffrey Epstein y por qué? El Congreso está decidido a buscar respuestas, y esta vez, parece que nadie quedará fuera del alcance de la lupa. Con datos de Europa Press.