Exigirá depósitos a viajeros de países con altas tasas de inmigración irregular
Estados Unidos ha anunciado una medida que endurece las condiciones para obtener visados de turismo y negocios: la imposición de una fianza de hasta 15.000 dólares, unos 12.992 euros. Este programa piloto, con una duración de 12 meses, afectará a ciudadanos de países aún por anunciar que registran altas tasas de estancias ilegales una vez caduca su permiso de entrada.
La norma, publicada por el Departamento de Estado, busca atajar el problema de los visitantes que permanecen en el país más allá del tiempo permitido. Según un informe de 2023 del Departamento de Seguridad Nacional, más de 314.000 personas se quedaron de forma irregular con visados de tipo B-1 o B-2.
Este nuevo plan es una reedición de una iniciativa que se gestó durante los últimos meses de la presidencia de Donald Trump, pero que nunca llegó a aplicarse debido a las restricciones de viaje por la pandemia de COVID-19.
Aquella primera versión incluía a 23 países, con una lista que abarcaba desde Afganistán hasta Siria. Aunque la lista de naciones afectadas en esta nueva fase no se ha revelado, se espera que el programa se centre en países con un "volumen de viajes relativamente bajo".
Los depósitos, que podrán ser de 5.000, 10.000 o 15.000 dólares, se aplicarán también a países con controles deficientes de solicitantes o que otorgan ciudadanía por inversión sin requerir residencia. La única excepción a esta regla será para casos de necesidades humanitarias urgentes, donde los funcionarios podrán eximir el pago.
Además de la fianza, los viajeros afectados tendrán que entrar y salir de Estados Unidos a través de aeropuertos designados, cuya lista se hará pública más adelante. Una vez que demuestren su salida del país a tiempo, tendrán derecho a un reembolso completo del dinero.
El Departamento de Estado ha defendido esta medida como un "pilar fundamental" de su política exterior, con el fin de proteger la seguridad nacional. Sin embargo, la Asociación de Viajes de Estados Unidos ha expresado cautela. Erik Hansen, vicepresidente senior de relaciones gubernamentales, ha calificado el programa de "limitado" y ha subrayado la necesidad de equilibrar la seguridad con el valor económico que aportan los visitantes internacionales.
"Para mantener una posición competitiva en el mercado global de los viajes, es fundamental que la política de visados de EE. UU. refleje tanto las prioridades de seguridad nacional como el importante valor económico de las visitas internacionales", afirmó Hansen.
Esta declaración apunta a un debate más amplio sobre cómo las políticas migratorias pueden impactar en la economía y en la percepción de Estados Unidos como destino turístico y de negocios a nivel global.