De acuerdo con el comunicado de la Policía, al periodista se le permitió hacer varias llamadas desde su teléfono móvil.
Santo Domingo.- La medianoche del jueves cerró con una escena inusual en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte: una patrulla policial detuvo al periodista Edward Ramírez y a dos hombres más que salían de una zona boscosa y sin iluminación. El informe preliminar de la Policía Nacional indica que los tres estaban visiblemente alterados y sudorosos al momento del encuentro con los agentes.
La aclaración policial ocurre en medio de especulaciones y rumores sobre la causa del arresto y luego que el comunicador ofreciera su versión de ocurrido la noche en que fue detenido.
El relato policial explica que Ramírez fue abordado por una unidad que realizaba labores de vigilancia en el área. Según el reporte oficial, la patrulla procedió a trasladarlos en un vehículo utilizado para situaciones similares, tras notar el comportamiento nervioso del grupo. La institución asegura que el procedimiento fue documentado con las cámaras corporales que portan los agentes.
De acuerdo con el comunicado de la Policía, al periodista se le permitió hacer varias llamadas desde su teléfono móvil. En una de ellas, se comunicó con una persona que, según dijo, le aseguró que “resolvería la situación”. También intentó contactar a su hogar, sin éxito.
El caso tomó mayor visibilidad cuando el propio Ramírez publicó un video en redes sociales relatando su versión de los hechos. En él admite haber estado en el lugar, confirma las llamadas y señala que durante el operativo hubo expresiones irrespetuosas por parte de algunos agentes. El video, grabado con tono pausado pero firme, generó reacciones mixtas entre colegas y usuarios de redes.
La Policía, por su parte, afirma estar investigando los motivos por los cuales ninguno de los acompañantes de Ramírez alertó sobre la situación. Además, el director general de la institución, mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta, ordenó una investigación interna a cargo de la Inspectoría General.
Aunque todavía no hay conclusiones claras, el incidente plantea preguntas incómodas: ¿Qué hacían tres adultos en esa área a medianoche? ¿Actuó la Policía con el debido protocolo o hubo excesos? El caso sigue en desarrollo y ha encendido un nuevo foco de atención sobre las dinámicas nocturnas en espacios públicos de la capital.