El Gobierno costarricense busca tiempo para negociar y proteger su sector exportador
Madrid.- Por Redacción | 3 de agosto,.- El Gobierno de Costa Rica ha solicitado oficialmente a la administración del presidente estadounidense Donald Trump una pausa en la implementación de los nuevos aranceles anunciados este jueves, que contemplan un mínimo global del 10 % y podrían afectar de forma significativa al sector exportador costarricense.
La petición fue confirmada este sábado por el ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, quien instó a la Casa Blanca a mantener un espacio de diálogo abierto mientras se define el alcance real de la medida y su impacto en el comercio bilateral.
“Costa Rica, al igual que otras 184 naciones, se ve afectada por esta decisión. Aunque el arancel aplicado a nuestras exportaciones es el mínimo, el sector exportador está preocupado, y con razón”, expresó Tovar en un comunicado oficial.
El Gobierno costarricense ha solicitado “una pausa” para poder explicar a los exportadores el alcance de la resolución firmada por Trump y preparar una estrategia de mitigación. La medida estadounidense, que entrará en vigor el próximo 7 de agosto, impone aranceles diferenciados a cerca de 70 países, con tasas que oscilan entre el 10 % y el 41 %.
En paralelo, Costa Rica ha activado un equipo interinstitucional de alto nivel para analizar los detalles técnicos del decreto y coordinar acciones con el sector privado. La prioridad, según Tovar, es proteger la competitividad de las exportaciones nacionales, clave para la economía del país.
“Nuestro compromiso es claro: defender los intereses del país, minimizar los efectos de esta decisión y fortalecer nuestra posición en los mercados internacionales”, indicó el ministro.
La ofensiva arancelaria de Trump se dirige, principalmente, a países con superávit comercial con Estados Unidos, aunque también afecta a naciones como Costa Rica, cuya relación bilateral con Washington ha sido históricamente estable.
Mientras tanto, el Ejecutivo costarricense avanza en su estrategia de diversificación comercial. Según Tovar, se han intensificado los contactos con nuevos mercados como Ecuador, Emiratos Árabes Unidos e Israel, y se mantiene sobre la mesa la posibilidad de incorporarse al acuerdo transpacífico CPTPP.
“Queremos reducir la dependencia de un solo mercado. La apertura y la inserción internacional son parte de nuestra visión a largo plazo”, afirmó.
Aunque el impacto específico de los aranceles aún está por medirse, la presión sobre sectores clave como la agroindustria, manufactura y tecnología podría sentirse con rapidez. El mensaje del gobierno es claro: evitar medidas unilaterales que perjudiquen a economías aliadas y abrir espacio al entendimiento.
A cinco días de la entrada en vigor de los aranceles, la pelota está ahora en el tejado de Washington.