La incertidumbre global frena el movimiento: tipo en 5,75% por séptima vez consecutiva
El Banco Central de la República Dominicana ha decidido, una vez más, pisar el freno. Por séptima vez consecutiva, la entidad ha mantenido su tipo de interés de política monetaria en el 5,75%, un reflejo de su cautela ante un panorama internacional que, aunque muestra signos de moderación, sigue cargado de incertidumbre.
La noticia, comunicada oficialmente, subraya la prudencia con la que las autoridades económicas locales observan los vaivenes globales.
Esta decisión llega en un momento de tensión geopolítica, con los mercados internacionales en vilo. La reunión del Banco Central concluyó apenas unas horas antes de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara un nuevo retraso en la aplicación de su plan arancelario, una medida que, aunque pospuesta, sigue latente.
La imposición de tasas entre el 10% y el 41% a las importaciones de diversos países hacia EE.UU. crea un ambiente de inestabilidad que obliga a los bancos centrales a ser conservadores.
Sin embargo, el panorama local presenta una cara más estable y esperanzadora. La inflación interanual se situó en 3,56% en junio, mientras que la subyacente, que excluye los precios de productos volátiles, alcanzó el 4,15%.
Ambas cifras se han mantenido dentro del rango meta del 4% ± 1% fijado por el Banco Central por más de dos años, y las previsiones apuntan a que esta estabilidad se mantendrá en los próximos años 2025 y 2026. Este dato es crucial, ya que demuestra que la economía dominicana, en términos de precios, está bien anclada y gestionada.
En cuanto a la actividad económica, el país sigue mostrando un crecimiento moderado pero constante. El indicador mensual de actividad económica (IMAE) registró un crecimiento acumulado del 2,4% en el primer semestre del año, impulsado principalmente por el sector primario, la minería y la manufactura local. Es un crecimiento sólido, aunque no explosivo, que refleja una economía que avanza sin grandes sobresaltos.
Mirando hacia el futuro, el Banco Central proyecta un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) entre el 3% y el 3,5% para 2025. Esta estimación, no obstante, está condicionada a que la "incertidumbre global se disipe" y a que las condiciones monetarias se flexibilicen, lo cual, a su vez, "contribuirá a dinamizar la demanda interna".
Asi, la decisión del Banco Central es un reflejo de un balance delicado. Por un lado, una economía interna estable, con una inflación controlada y un crecimiento constante. Por otro, un panorama global volátil que exige cautela.
Mantener el tipo de interés es, en este contexto, un movimiento estratégico para no desestabilizar la economía local ante posibles turbulencias externas. La estabilidad sigue siendo la prioridad, y por ahora, el 5,75% es la cifra mágica que busca garantizarla.