Gobernadora Kathy Hochul clama al Congreso acción urgente, citando la muerte de un oficial y civiles.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ha hecho un llamamiento enérgico al Congreso de Estados Unidos para que apruebe una prohibición nacional de armas de asalto. Su petición llega tras un brutal tiroteo que dejó cuatro muertos en el corazón de Manhattan, incluyendo a un oficial de policía.
"Es hora de actuar", declaró Hochul en un comunicado contundente. "El pueblo estadounidense está cansado de pensamientos y oraciones. Merecen acción. El Congreso debe armarse de valor para plantar cara al lobby de las armas y aprobar finalmente una prohibición nacional de las armas de asalto antes de que se roben más vidas inocentes."
El ataque, ocurrido este lunes por la noche, cobró la vida de cuatro personas inocentes, entre ellas el agente Didarul Islam del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD). Islam, un veterano con tres años y medio de servicio, deja atrás a su esposa, embarazada de ocho meses, y a sus dos hijos pequeños, un hecho que la gobernadora destacó con profunda consternación.
Hochul enfatizó que el atacante utilizó un rifle de asalto tipo AR-15, la misma "arma de guerra" empleada en incontables tiroteos masivos a lo largo y ancho de Estados Unidos. A pesar de que Nueva York cuenta con algunas de las leyes de armas más estrictas del país, como la prohibición de armas de asalto, el fortalecimiento de la Ley de Bandera Roja y el cierre de peligrosas lagunas legales, estas no fueron suficientes para prevenir esta nueva ola de violencia armada.
El peligro de las fronteras estatales
La gobernadora advirtió sobre la limitación de las leyes estatales cuando un arma como un AR-15 puede ser adquirida fácilmente en un estado con regulaciones laxas y luego transportada a Nueva York con fines de asesinato masivo. Esta realidad, subraya Hochul, evidencia la necesidad de una respuesta federal unificada.
La tragedia se desató en la icónica torre de cristal oscuro del número 345 de Park Avenue, un edificio de 44 pisos que alberga oficinas de importantes corporaciones como Blackstone Inc., KPMG, la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) y Rudin Management, los propietarios del inmueble.
La policía identificó al tirador como Shane Devon Tamura, de 27 años, residente en Las Vegas, Nevada. Tamura dejó una nota de suicidio expresando su frustración por sufrir de encefalopatía traumática crónica y su descontento con la NFL.
Sin embargo, en un giro trágico, el atacante aparentemente tomó el ascensor equivocado en el edificio. En lugar de dirigirse a la oficina de la NFL en la quinta planta, fue por error al piso 33, donde se encuentran las oficinas de Rudin Management, y allí se encontró su cuerpo sin vida.
Entre las víctimas fatales, además del agente Islam, se confirmó la muerte de Wesley LePatner, un ejecutivo de la firma de inversiones Blackstone. Un empleado de la NFL también resultó gravemente herido. Tras el mortal tiroteo, el expresidente Donald Trump también expresó sus condolencias. Con datos de Prensa Latina