PN rinde homenaje a Eddy Calcaño y gradúa 1,866 nuevos investigadores.
El salón estaba lleno, pero todos sabían que había una ausencia que pesaba más que el protocolo. El agente Eddy Calcaño Castillo no estaba allí para recibir los aplausos ni las medallas. Era un investigador criminal destacado y había caído cumpliendo su deber. Su ausencia se sintió como un silencio respetuoso que recorría cada rincón.
El director general de la Policía Nacional, mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta, encabezó un emotivo acto en el que ofreció palabras sinceras a los familiares del sargento mayor Calcaño. No hubo discursos grandilocuentes, solo una frase que lo dijo todo: “La Policía Nacional es la familia más grande que un miembro puede tener.”
Guzmán Peralta dejó claro que la institución no olvida a sus héroes y que la familia del agente caído tendrá siempre el respaldo del cuerpo del orden. Los abrazos fueron largos, las miradas sinceras y las promesas de apoyo sonaron reales, no de ocasión.
Los familiares, visiblemente afectados, agradecieron la cercanía y el acompañamiento que han recibido desde aquel día doloroso.
De la pérdida a la continuidad
El mismo día en que se rendía homenaje póstumo a Calcaño, 1,866 nuevos investigadores se graduaban del Curso Básico de Investigación de la Dirección Central de Investigación (DICRIM), un paso crucial en el fortalecimiento del sistema investigativo de la Policía Nacional.
El acto fue presidido por el general Juan Hilario Guzmán Badía, en representación del mayor general Guzmán Peralta, junto a autoridades del Instituto Policial de Educación Superior (IPES) y altos mandos del cuerpo.
El capitán Félix J. Ramírez Santiago, vocero de los nuevos egresados, resumió con firmeza el espíritu que quieren imprimirle a la institución: “La ciencia aplicada a la investigación nos llevará a la verdad.”
Durante la ceremonia también se reconoció a los agentes más destacados, a instituciones colaboradoras y se entregó un tributo especial —cargado de simbolismo y respeto— al agente Calcaño. Su nombre quedó estampado no solo en una placa, sino en el compromiso de quienes hoy toman la posta.
Más que cifras: una promesa
Más allá del número de graduados, este acto reflejó un mensaje claro: la institución necesita talento, ética y entrega, pero también memoria, humanidad y sentido del deber. Cada nuevo investigador representa una apuesta por una Policía más preparada, más técnica, más cercana al ciudadano y menos reactiva.
En medio del dolor por la pérdida de un agente valioso, la Policía Nacional también celebra la llegada de una nueva generación de oficiales que se espera estén decididos a cambiar el rostro de la seguridad en el país.