El presidente Abinader supervisó el ensamblaje de los aviones por técnicos dominicanos
Santo Domingo. – La Base Aérea de San Isidro fue escenario de una visita clave del presidente Luis Abinader, quien inspeccionó los avances en el ensamblaje de los aviones TP-75 Dulus, una apuesta ambiciosa por fortalecer la soberanía y modernizar la aviación militar dominicana.
Durante su recorrido, Abinader no solo revisó el progreso del proyecto aeronáutico, sino que también supervisó la expansión y mejora de la pista principal, incluyendo su iluminación estratégica, que permitirá operaciones más eficientes, tanto en misiones cotidianas como en escenarios de emergencia.
“Esto es un paso firme hacia la independencia tecnológica y el fortalecimiento de nuestras Fuerzas Armadas”, afirmó el mandatario, al destacar que el ensamblaje local de estas aeronaves marca un antes y un después en la historia de la aviación nacional.

Aviones hechos en casa
El modelo TP-75 Dulus, ensamblado por técnicos dominicanos en la FARD, es una aeronave ligera, diseñada para patrullaje y entrenamiento. Está inspirado en el Tucano Réplica 915iS de la empresa italiana Flying Legend, y rinde tributo a la cigua palmera, ave nacional y símbolo de resiliencia.
Según informó el mayor general Carlos Ramón Febrillet Rodríguez, viceministro de Defensa para Asuntos Aéreos y Espaciales, ya hay cinco aviones listos, dos de los cuales patrullan las zonas fronterizas norte y sur del país. Se proyecta que para diciembre la flota alcance las diez unidades. Luego, si se cubre la demanda local, se explorará el ensamblaje para exportación.
“Este no es solo un logro técnico, es una estrategia de Estado,” dijo Febrillet, subrayando que la iniciativa genera empleo especializado, impulsa el desarrollo tecnológico y refuerza la defensa nacional.
Inversión en infraestructura aérea
La jornada también incluyó la revisión de mejoras en la pista de aterrizaje y la construcción de una nueva torre de control de 30 metros, equipada con tecnología de comunicación encriptada de última generación. Esta intervención, con una inversión combinada de más de RD$825 millones, eleva los estándares de seguridad aérea y convierte la base en un aeropuerto alterno estratégico.
“La seguridad aérea es clave para un país que recibe más de 12 millones de turistas cada año,” señaló Abinader, destacando el impacto de estas obras no solo para la defensa, sino para el posicionamiento internacional del país.
La iluminación de la pista, el taxiway y la plataforma de estacionamiento está a cargo del Departamento Aeroportuario, dirigido por Víctor Pichardo, mientras que el IDAC, bajo el mando de Igor Rodríguez, lidera la construcción de la torre, cuya cabina preensamblada será instalada antes de finalizar agosto.
Apuesta a largo plazo
Este impulso a la aviación no es una acción aislada. Forma parte de una estrategia más amplia de modernización militar, tecnificación de la defensa nacional y creación de capacidades locales en el sector aeroespacial. Una apuesta a largo plazo que ya empieza a mostrar resultados tangibles.
Acompañaron al presidente Abinader en esta jornada el ministro de Defensa, teniente general Carlos Antonio Fernández Onofre, el comandante general de la FARD, mayor general Floreal Suárez Martínez, y otros altos mandos militares y representantes del sector aeronáutico.